📅 27/05/2025
Juan 16, 5-11
Hoy Jesús nos recuerda que no estamos solos: el Espíritu Santo vendrá como Defensor. En los momentos de confusión o duda, pidamos fortaleza para discernir con sabiduría la verdad que Él nos revela.
Cierra los ojos. Respira profundo. Deja que el amor de Dios envuelva tu corazón. Despréndete de ruidos, pendientes, miedos. Deja que el Espíritu hable al fondo de tu alma. Él está aquí, para enseñarte y consolarte.
Jesús anuncia su partida y la venida del Espíritu Santo que convencerá al mundo del pecado, la justicia y el juicio.
✨ Fragmento inspirador de "Yo Soy" – Concepción Cabrera de Armida “El Espíritu Santo es el alma de la Iglesia; vive en mi Corazón y en la Eucaristía. Él me une con las almas, es la Fortaleza de Dios, la Luz indeficiente, el que asiste con su Verdad infalible a mi Iglesia, el autor de toda mi gracia… Ama con todo tu corazón a este Santo Espíritu.”yo-soy-el-que-soy
Padre, Hijo y Espíritu Santo: hoy me pongo en vuestra presencia. Iluminad mi mente para comprender la Palabra, inflamando mi corazón con vuestra verdad. Espíritu Santo, defiéndeme de la confusión del mundo y enséñame el camino de la justicia y del amor.
Juan 16, 5-11 (Biblia de Jerusalén) “Pero ahora me voy al que me ha enviado, y ninguno de vosotros me pregunta: ‘¿A dónde vas?’ Sino que por haberos dicho esto, la tristeza ha llenado vuestro corazón. Pero yo os digo la verdad: Os conviene que yo me vaya, porque si no me voy, no vendrá a vosotros el Paráclito; pero si me voy, os lo enviaré. Y cuando él venga, convencerá al mundo en lo referente al pecado, en lo referente a la justicia y en lo referente al juicio: en lo referente al pecado, porque no creen en mí; en lo referente a la justicia, porque me voy al Padre y ya no me veréis; en lo referente al juicio, porque el Príncipe de este mundo está juzgado.”
Estas palabras forman parte del discurso de despedida de Jesús antes de su Pasión. Revela el envío del Espíritu como plenitud del amor trinitario y fundamento de la vida cristiana. 🕊️ Este pasaje revela una verdad central: el Espíritu Santo no solo es consuelo, es también luz que convence. Jesús habla del pecado (incredulidad), de la justicia (su glorificación) y del juicio (la derrota del mal). El Espíritu, enviado por el Hijo al regresar al Padre, actúa como maestro interior que desenmascara el error y señala el camino recto. Desde el Magisterio, San Juan Pablo II subrayó que este Paráclito continúa la misión salvífica del Verbo: “Él no sólo recuerda lo que dijo Jesús, sino que da la fuerza para vivirlo” (Dei Verbum 10). La Pontificia Comisión Bíblica también explica que esta interpretación debe ser guiada por la fe viva de la Iglesia y el contexto eclesia Croatto, desde la hermenéutica, nos recuerda que leer es siempre un acto que transforma y actualiza el texto desde nuestra vida. Así, el Espíritu nos enseña a re-leer este Evangelio como un llamado a vivir en discernimiento, con la libertad interior de los hijos de Dios
Señor Jesús, a veces me pierdo entre tantas voces que me rodean. Mándame tu Espíritu, que me convenza con verdad, que me dé valentía para reconocer mis errores y caminar en justicia. Que tu luz me oriente cuando no entienda, que me enseñe a ver tu gloria incluso en el silencio. Amén.
Permanece unos minutos en quietud. Deja que el Espíritu hable a tu alma. No digas nada. Solo permanece, respira, contempla. Él está en ti. Él es fuego que purifica, luz que guía, consuelo que abraza.
Hoy pediré al Espíritu Santo antes de cada decisión. Invocaré su guía en mis pensamientos, palabras y acciones. Seré testigo de su luz en medio de las tinieblas.
Para que todos los cristianos invoquemos al Espíritu Santo con fe renovada. Por quienes viven en la confusión o el error, para que la luz del Espíritu los ilumine. Por los jóvenes, que buscan sentido y verdad en sus vidas. Por la Iglesia, para que nunca se aparte del discernimiento en el Espíritu. Por mí, para abrirme sin miedo a la acción transformadora del Espíritu.
Gracias, Señor, por habernos enviado al Paráclito. Gracias por tu amor que no abandona, sino que guía, enseña y fortalece. Danos siempre tu Espíritu para caminar contigo. Padre nuestro… 🌹 Madre del Verbo y Esposa del Espíritu Santo, acompáñame en mi oración. Enséñame a escuchar y a obedecer como tú. Acógeme bajo tu manto y ruega por mí. Ave María…
Desde el análisis exegético, este texto debe leerse como una clave para entender la misión del Espíritu en la historia de la salvación. Jesús vincula su glorificación con la venida del Espíritu, en una unidad trinitaria donde el Paráclito no es accesorio, sino protagonista del nuevo tiempo. La Pontificia Comisión Bíblica afirma que toda interpretación bíblica debe estar abierta al sentido literal y espiritual del texto, y unida al misterio de la EncarnaciónPCB, La interpertación …. Juan 16, 5-11 pone en evidencia cómo el Espíritu no solo consuela, sino que forma la conciencia cristiana frente al pecado y la mentira. Croatto resalta que leer la Biblia implica entrar en diálogo entre el texto, la vida y el contexto. El lector es co-creador del sentido, y por tanto, la lectura de este pasaje nos invita a discernir los signos de los tiempos: ¿dónde está el error que debemos reconocer hoy? ¿Cómo se manifiesta la justicia de Dios entre nosotros?