Lectio Divina Juan 21, 15-19

📅 06/06/2025

📜 Evangelio del Día

Juan 21, 15-19

✨ Motivación

Jesús nos llama a amarle no solo con palabras, sino con obras concretas de entrega y fidelidad. En este pasaje, Pedro es restaurado por Cristo y enviado a pastorear a su rebaño. Hoy, también a nosotros se nos pregunta: “¿Me amas?”. Dejémonos interpelar y discernamos nuestra misión.

📖 Introducción

Respira profundo. Silencia tu interior. Imagina que estás junto al lago, donde Jesús resucitado camina contigo. Deja que la brisa del Espíritu disipe tus pensamientos. Abre tu mente, tu corazón y tus sentidos. Esta es una cita de amor. Escucha con atención la voz del Maestro que te llama por tu nombre y desea hablarte.

📝 Descripción

Jesús resucitado pregunta a Pedro si lo ama y le encomienda cuidar de su rebaño.

💬 Cita Yo Soy

«¿Me amas más que éstos?… Apacienta mis corderos… Sígueme.» "No es mucho amar de palabra, es vivir ese amor hasta el sacrificio. Es probarlo en el fuego del deber, de la renuncia, del servicio… Yo Soy tu Maestro y Pastor, pero también tu víctima. Ámame con obras." – Yo Soy (Concepción Cabrera de Armida)

🙏 Oración Inicial

Santísima Trinidad, fuente de todo amor y vida, aquí estoy en tu presencia. Espíritu Santo, ven y abre mis oídos para escuchar tu Palabra viva. Padre, tómame en tus brazos de misericordia. Jesús, Buen Pastor, enséñame a amar como Tú. Que este encuentro me transforme y me disponga a seguirte con fidelidad. Amén.

📖 Lectio

Evangelio de Juan 21, 15-19 – Biblia de Jerusalén 15 Después de haber comido, preguntó Jesús a Simón Pedro: «Simón, hijo de Juan, ¿me amas más que éstos?» Respondió él: «Sí, Señor, tú sabes que te quiero.» Jesús le dijo: «Apacienta mis corderos.» 16 Volvió a preguntarle por segunda vez: «Simón, hijo de Juan, ¿me amas?» Respondió él: «Sí, Señor, tú sabes que te quiero.» Le dijo Jesús: «Apacienta mis ovejas.» 17 Insistió por tercera vez: «Simón, hijo de Juan, ¿me quieres?» Se entristeció Pedro de que le preguntase por tercera vez ‘¿Me quieres?’ y le dijo: «Señor, tú lo sabes todo; tú sabes que te quiero.» Le dijo Jesús: «Apacienta mis ovejas. 18 En verdad, en verdad te digo que, cuando eras joven, tú mismo te ceñías e ibas adonde querías; pero cuando llegues a viejo, extenderás tus manos y otro te ceñirá y te llevará adonde tú no quieras.» 19 Con esto indicaba la clase de muerte con que iba a glorificar a Dios. Dicho esto, añadió: «Sígueme.»

🧘 Meditatio

Este texto está cargado de ternura y profundidad. Después de la triple negación de Pedro, Jesús le ofrece una triple oportunidad de amor y reparación. Cada vez que Pedro declara su amor, Jesús responde con una misión: apacentar a sus ovejas. Este diálogo nos recuerda que el amor verdadero implica responsabilidad y entrega. Jesús no pide un amor sentimental, sino un amor dispuesto a dar la vida. San Juan Pablo II, comentando este pasaje, decía que el ministerio pastoral nace del amor a Cristo. El Catecismo refuerza que “amar a Dios es observar sus mandamientos” (CIC 2083). El amor se convierte en pastoreo: cuidar, alimentar, guiar. Pedro fue transformado por esta experiencia: de pescador temeroso a pastor valiente. La referencia a su futuro martirio (v.18-19) indica que el seguimiento de Cristo implica cruz. Preguntas para meditar: ¿He escuchado a Jesús preguntarme: “¿Me amas?”? ¿Estoy dispuesto a amar con obras, no solo con palabras? ¿Cuál es el rebaño que me encomienda el Señor?

🙌 Oratio

Señor Jesús, me conmueve tu amor paciente. Aun cuando te he negado con mis actos o mi indiferencia, vienes a restaurarme. Hoy quiero decirte con todo mi ser: “Tú sabes que te amo”. Hazme fiel, aún en medio de mis debilidades. Dame un corazón como el tuyo, dispuesto a cuidar de los otros, especialmente de los más frágiles. Que mi amor a Ti se traduzca en obras concretas, silenciosas y perseverantes. Amén.

🕊️ Contemplatio

Imagina a Jesús mirándote a los ojos, llamándote por tu nombre: “¿Me amas?” Siente su mirada de ternura. Escucha su voz: “Apacienta mis ovejas… Sígueme.” Quédate en ese instante. No digas nada. Solo permanece, como Pedro, en su presencia. Ama desde el silencio. Ama desde el corazón.

🤝 Compromiso

Personal: Hoy responderé a Jesús con obras. Haré un acto concreto de servicio a alguien que necesita consuelo o acompañamiento. Familiar/comunitario: Rezaré en familia pidiendo juntos discernimiento para vivir nuestra misión como apóstoles del amor. Examen: ¿He preferido la comodidad al seguimiento? ¿Mi amor a Dios se expresa en acciones?

📢 Peticiones

Por el Papa y todos los pastores de la Iglesia, para que vivan con amor su misión de apacentar el rebaño de Cristo. Por los jóvenes, para que escuchen el llamado de Jesús y respondan con generosidad. Por quienes se sienten indignos de servir al Señor, que descubran su mirada misericordiosa. Por las familias divididas o heridas, que el amor de Cristo les restaure. Por nosotros, llamados a ser testigos del Evangelio en lo cotidiano.

🛐 Oración de Consagración

Gracias, Señor, por tu Palabra que restaura y envía. Padre nuestro que estás en el cielo… Santa María, Madre del Buen Pastor, te consagro mi corazón, mis decisiones y mi misión. Acompáñame a seguir a tu Hijo con fidelidad. Ave María… Amén.

📖 Hermenéutica

1. CONTEXTO HISTÓRICO-LITERARIO Este diálogo se sitúa después de la Resurrección, junto al mar de Tiberíades, en un ambiente íntimo tras la pesca milagrosa y el desayuno compartido. El evangelista Juan, escribiendo hacia el año 90-100 d.C. para una comunidad que ya conocía la tradición sinóptica, presenta este relato como epílogo de su Evangelio. Pedro había negado tres veces a Jesús durante la Pasión; ahora, en un paralelismo sanador, Jesús le ofrece tres oportunidades de reafirmar su amor. La comunidad joánica, probablemente familiarizada con la tensión entre seguidores de Pedro y del "discípulo amado", encuentra aquí la reconciliación y legitimación del liderazgo petrino. El género literario combina relato de aparición con comisión apostólica, típico de las narraciones post-pascuales. 2. EXÉGESIS LINGÜÍSTICA Y SIMBÓLICA El diálogo revela una sutil pero profunda progresión lingüística en griego. Jesús usa inicialmente "agapas" (amas con amor divino) mientras Pedro responde con "philō" (quiero/amo humanamente). En la tercera pregunta, Jesús desciende al nivel de Pedro usando "phileis", reconociendo la sinceridad humana del apóstol. Los términos para el rebaño también varían: "arnia" (corderos pequeños), "probata" (ovejas) y nuevamente "probata", sugiriendo la totalidad del pueblo de Dios. La triple repetición evoca no solo las negaciones previas sino el patrón bíblico de confirmación solemne. El símbolo pastoral conecta con la tradición veterotestamentaria del pastor-rey (Salmo 23, Ezequiel 34) y con Jesús como Buen Pastor (Juan 10). La comida compartida refuerza la dimensión eucarística y comunitaria del liderazgo eclesial. 3. INTERPRETACIÓN PATRÍSTICA Y MAGISTERIAL San Agustín ve en este pasaje la restauración de Pedro y el establecimiento del primado pastoral, comentando que "donde está Pedro, allí está la Iglesia". San Juan Crisóstomo destaca cómo el amor es el fundamento único del ministerio pastoral: "Si me amas, demuéstralo no con palabras sino cuidando mis ovejas". El Concilio Vaticano I define aquí el fundamento del primado petrino, mientras que Vaticano II, en Lumen Gentium 22, enmarca este texto en la colegialidad episcopal. La encíclica Pastores Dabo Vobis de Juan Pablo II encuentra aquí el paradigma del pastor que debe amar a Cristo sobre todas las cosas para poder servir eficazmente al pueblo. La liturgia utiliza este texto en la solemnidad de San Pedro y Pablo, y frecuentemente en ordenaciones sacerdotales, subrayando que toda autoridad eclesial nace del amor a Cristo. 4. APLICACIÓN PASTORAL CONTEMPORÁNEA En nuestra época de crisis de liderazgo y autoridad, este texto ilumina que toda autoridad genuina nace del amor auténtico a Cristo, no del poder o prestigio personal. Para los pastores contemporáneos -papas, obispos, sacerdotes- recuerda que su legitimidad proviene del amor, no de títulos. Para los laicos con responsabilidades familiares, profesionales o comunitarias, enseña que el verdadero liderazgo cristiano requiere la pregunta diaria: "¿Amo realmente a Cristo?". Para quienes han experimentado fracasos morales como Pedro, ofrece esperanza de restauración y nueva misión. En familias, el texto invita a padres y madres a reflexionar si su autoridad parental brota del amor a Cristo y se expresa en servicio. Para jóvenes discerniendo vocaciones, plantea la pregunta fundamental sobre el amor como criterio de autenticidad vocacional. PREGUNTAS PARA LA REFLEXIÓN: ¿Qué revela sobre mi relación con Cristo la forma en que ejerzo cualquier autoridad o responsabilidad que tengo? ¿Cómo puedo, como Pedro, permitir que mis fracasos pasados se conviertan en oportunidades de amor más profundo y servicio más auténtico? ¿De qué manera concreta puedo "apacentar" hoy a quienes Dios ha puesto bajo mi cuidado -familia, comunidad, trabajo- desde el amor a Cristo?

🎥 Video Reflexión