Lectio Divina Mateo 19, 13-15

📅 16/08/2025

📜 Evangelio del Día

Mateo 19, 13-15

✨ Motivación

Jesús acoge a los niños y los bendice, que en nuestras relaciones y gestos cotidianos, Él está derramando ternura y vida. Si sientes que el corazón se ha endurecido o te cuesta confiar como antes, esta Palabra es un llamado a recuperar la sencillez que abre el alma al Reino de Dios.

📖 Introducción

Antes de iniciar, coloca ambas manos sobre tus rodillas y respira profundamente tres veces… El Señor está aquí, presente y real, más cerca de ti que tu propio aliento… No importa si vienes cansado, distraído o con dudas; Él te recibe así como eres… Entrégale este momento, deja que su paz envuelva tus pensamientos y emociones… Vamos a disponernos con un corazón abierto y confiado, como un niño que se sabe amado y seguro en los brazos de su Padre.

📝 Descripción

Jesús acoge con ternura a los pequeños, mostrando que el Reino es para los sencillos.

💬 Cita Yo Soy

Yo soy el abrazo que acoge sin condiciones… Cuando vienes a Mí con sencillez, descanso tu alma en mi paz… No temas ser frágil, porque en tu pequeñez manifiesto mi fuerza y alegría… Déjate bendecir, y descubrirás que mi Reino es tu verdadero hogar.

🙏 Oración Inicial

En el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo… Padre bueno, reconozco que muchas veces me alejo de la sencillez y me lleno de preocupaciones que me roban la paz… Jesús, tómame de la mano como a un niño y llévame a tu corazón… Espíritu Santo, enséñame a confiar en el amor del Padre y a recibir sus bendiciones con gratitud… María, Madre que guardaste en tu corazón cada gesto de Dios, ayúdame a acercarme a tu Hijo con la pureza de quien sabe que es amado… Que este encuentro me devuelva la capacidad de asombro, la ternura y la paz… Amén.

📖 Lectio

"Entonces le fueron presentados unos niños para que les impusiera las manos y orara; pero los discípulos les reprendieron. Mas Jesús dijo: «Dejad que los niños vengan a mí, y no se lo impidáis, porque de los que son como éstos es el Reino de los Cielos». Y, después de imponerles las manos, se fue de allí." (Mateo 19, 13-15 – Biblia de Jerusalén)

🧘 Meditatio

En tiempos de Jesús, los niños eran considerados socialmente pequeños e indefensos, dependientes de la familia para todo. El gesto de imponer las manos era una bendición solemne, señal de transmisión de vida y protección divina. El género literario es narrativo con enseñanza moral implícita. Jesús corrige la actitud de los discípulos, mostrando que el Reino pertenece a quienes se acercan con humildad y confianza. Este pasaje conecta con Mt 18,3, donde pide “hacerse como niños” para entrar en el Reino. La escena revela un Dios que valora la apertura del corazón por encima del estatus o las obras humanas. Jesús te invita hoy a acercarte sin miedo, con la transparencia de un niño que sabe que su Padre le ama. Tal vez llevas tiempo cargando con preocupaciones, intentando resolver todo solo, y eso ha endurecido tu corazón. Él te dice: “Ven a Mí, sin reservas, sin máscaras”. Si eres padre o madre, recuerda que enseñar a tus hijos a orar y confiar en Dios es más valioso que cualquier herencia material. Si eres joven, no pierdas la frescura de la fe sencilla que te impulsa a soñar y servir. Si estás en la tercera edad, tu testimonio de confianza puede inspirar a los más jóvenes. Pregúntate: ¿Qué miedos o esperanzas toca en ti este mensaje? Tal vez te invita a soltar el control, a recibir amor sin sentir que debes merecerlo. Jesús no solo bendice a los niños, sino a todos los que se acercan con corazón abierto. Él quiere imponerte las manos hoy, llenarte de su paz y de su Espíritu. Su bendición no es un gesto simbólico: es fuerza real que sana heridas, renueva la esperanza y te devuelve la capacidad de asombro.

🙌 Oratio

Jesús, cuando leo esto me doy cuenta de que a veces complico demasiado mi relación contigo… A veces me cuesta dejarme amar sin poner condiciones o sin intentar demostrar que lo merezco… Te agradezco porque me recuerdas que puedo venir a Ti tal como soy, sin adornos, y que me recibes con ternura… Te pido que me ayudes a tener un corazón sencillo, que no guarde rencores ni viva con miedo al futuro… Te ofrezco mis preocupaciones, mis planes y mis inseguridades para que las transformes en confianza y paz… Quiero aprender a mirarte como un niño mira a su padre: con plena certeza de que está cuidado y amado… Jesús, bendíceme hoy con tus manos y enséñame a bendecir a otros con mis palabras y gestos…

🕊️ Contemplatio

Imagínate en la escena, viendo cómo los niños corren hacia Jesús… ve a Jesús sonreír y agacharse para recibirlos… escucha el murmullo de la multitud y el suave tono de su voz mientras ora… siente el calor de su mano sobre tu cabeza, transmitiendo paz y seguridad… deja que su amor penetre hasta lo más profundo de tu corazón… no necesitas palabras… solo recibe la bendición que sana tus temores y enciende tu esperanza…

🤝 Compromiso

Gesto personal: Hoy haré una pausa consciente para pedir la bendición de Dios antes de iniciar mi jornada. Actitud familiar: Dedicaré un momento para escuchar y animar a un miembro de mi familia, con la paciencia de Jesús. Intención comunitaria: Oraré por los niños de mi comunidad, especialmente por los que carecen de cuidado y afecto. Examen nocturno: Antes de dormir, me preguntaré: ¿Hoy me acerqué a Dios con sencillez y confianza, o puse barreras en mi corazón?

📢 Peticiones

Por la Iglesia y sus pastores, para que acojan con ternura a todos los hijos de Dios. Por el mundo y sus gobernantes, para que protejan a los más vulnerables. Por quienes sufren abandono o maltrato, para que experimenten el amor de Dios. Por nuestra comunidad local, para que viva la fraternidad del Reino. Para que aprendamos a acercarnos a Jesús con la sencillez de un niño.

🛐 Oración de Consagración

Gracias, Señor, por recordarme que en Tu corazón siempre hay lugar para mí… Padre nuestro, que estás en el cielo, santificado sea tu nombre… Te consagro, María, mi deseo de acercarme a Jesús con la pureza y confianza que tú viviste… enséñame a decir “sí” como tú, sin miedo y con alegría… Ave María, llena eres de gracia, el Señor es contigo… Madre, acompáñame cada día para que mi vida sea un reflejo de la ternura de tu Hijo… Amén

📖 Hermenéutica

1. Contexto histórico-literario El pasaje se desarrolla en el ministerio público de Jesús, en un momento en que enseña sobre el matrimonio y la fidelidad (Mt 19,1-12). La llegada de niños para ser bendecidos era una costumbre judía, donde los padres buscaban para sus hijos la oración y la protección de un maestro o rabino. El género literario es narrativo con enseñanza implícita, y su ubicación en Mateo conecta con el discurso eclesial del capítulo 18, donde Jesús ya había destacado la importancia de hacerse como niños. El autor, el evangelista Mateo, escribe hacia el 80-90 d.C. para comunidades judeocristianas, buscando mostrar que la verdadera pertenencia al Reino no depende de méritos humanos, sino de una actitud interior humilde. 2. Exégesis lingüística y simbólica En griego, “paidía” significa niños pequeños, pero también puede referirse a discípulos en formación. “Aphíete” (dejad) implica no solo permitir físicamente, sino no poner obstáculos espirituales. “Eulogein” (bendecir) conlleva invocar la gracia y la protección divina, y en el contexto bíblico es un gesto de transmisión de vida (cf. Gn 48,14-16). La estructura del relato presenta una oposición: los discípulos que reprenden, y Jesús que corrige y acoge. El símbolo del niño remite a la confianza, apertura y dependencia que deben caracterizar al creyente. Las conexiones con el AT incluyen la bendición patriarcal (Nm 6,24-26) y con el NT, Mc 10,13-16 y Lc 18,15-17, que refuerzan la universalidad de este llamado. 3. Interpretación patrística y magisterial San Juan Crisóstomo señala que Jesús no solo tolera a los niños, sino que los pone como ejemplo para todos, indicando que la humildad es puerta al Reino. San Agustín afirma: “Ser niño en el espíritu es renunciar al orgullo y amar la verdad con pureza”. El Catecismo de la Iglesia Católica (n. 526) enseña que la humildad de los pequeños abre el corazón a recibir el don del Reino. El Papa Francisco, en Amoris Laetitia 172, recuerda que la familia es el primer lugar donde se aprende esta confianza filial. La liturgia utiliza este texto en celebraciones de infancia misionera y en contextos catequéticos, reforzando la dimensión comunitaria del discipulado. 4. Aplicación pastoral contemporánea En un mundo que valora la autosuficiencia y la competencia, este pasaje desafía a redescubrir la confianza y la apertura propias de la infancia. Para padres, es un llamado a ser primeros catequistas de sus hijos, llevándolos a Jesús. Para quienes viven solos o cargan heridas emocionales, invita a permitir que Dios sane la desconfianza y restaure la alegría. En la vida comunitaria, recuerda que la Iglesia debe ser lugar seguro y acogedor para todos, sin exclusiones. Preguntas: ¿Qué aspecto de este texto me resulta más desafiante? Tal vez la invitación a soltar el control. ¿Cómo puedo vivir hoy esta Palabra en mi realidad concreta? Acercándome a Dios con confianza renovada. ¿Qué me enseña sobre el corazón de Dios? Que es tierno, acogedor y siempre dispuesto a bendecir.

🎥 Video Reflexión