Lectio Divina Lucas 10, 1-9

📅 18/10/2025

📜 Evangelio del Día

Lucas 10, 1-9

✨ Motivación

Hoy Jesús te envía como enviado de su amor al mundo. Si sientes que tu vida es pequeña o sin propósito, esta Palabra te revelará que eres misionero del Reino, portador de paz y sanación. En medio de tus miedos y dudas, Él te confía su mensaje transformador. Este momento de oración es un encuentro con Aquel que te elige, te acompaña y te capacita para llevar su presencia allá donde estés.

📖 Introducción

Antes de comenzar, encuentra un lugar tranquilo donde puedas estar a solas con el Señor. Respira profundo tres veces, inhalando paz y exhalando tus preocupaciones. Permite que tu cuerpo se relaje y tu mente se serene. Jesús está aquí, ahora, esperándote con amor infinito. No necesitas preparar palabras perfectas ni llegar con todas las respuestas. Ven como eres: con tu cansancio, tus anhelos, tus preguntas. Él desea hablarte personalmente hoy, revelarte tu misión única y llenarte de su presencia consoladora. Abre tu corazón con confianza filial.

📝 Descripción

Jesús envía a sus discípulos de dos en dos como corderos vulnerables pero portadores de paz divina.

💬 Cita Yo Soy

"Yo soy tu Enviador y tu Compañía. No temas, pequeño rebaño mío, porque yo voy contigo en cada paso de tu misión. Eres débil como un cordero entre lobos, pero mi fuerza se perfecciona en tu debilidad. Te envío no solo con un mensaje, sino como mensaje vivo de mi amor. Lleva mi paz a donde vayas, porque yo mismo habito en ti. En tu vulnerabilidad revelaré mi poder; en tu sencillez, mi grandeza. Confía en mí como un niño confía en su padre. No estás solo jamás."

🙏 Oración Inicial

Padre misericordioso, fuente de toda misión y vida, te abro mi corazón con confianza de hijo. Reconozco mi pequeñez y mi necesidad de ti. Jesús, Palabra viva del Padre, tú que enviaste a tus discípulos y hoy me envías a mí, hazme dócil a tu voz. Enséñame a llevar tu paz en medio de mi vulnerabilidad. Espíritu Santo, fuego de amor, enciende en mí el celo misionero y dame valentía para proclamar que tu Reino está cerca. Sé que por mí mismo nada puedo, pero contigo todo es posible. María, Madre de los discípulos misioneros, acompáñame en este momento de oración. Ayúdame a escuchar como tú escuchaste, a decir "sí" como tú lo dijiste. Que esta Palabra transforme mi vida y me envíe renovado al mundo. Amén.

📖 Lectio

Después de esto, designó el Señor a otros setenta y dos, y los envió de dos en dos delante de sí, a todas las ciudades y sitios a donde él había de ir. Y les dijo: «La mies es mucha y los obreros pocos. Rogad, pues, al Dueño de la mies que envíe obreros a su mies. Id; mirad que os envío como corderos en medio de lobos. No llevéis bolsa, ni alforja, ni sandalias. Y no saludéis a nadie en el camino. En la casa en que entréis, decid primero: "Paz a esta casa." Y si hubiere allí un hijo de paz, vuestra paz reposará sobre él; si no, se volverá a vosotros. Permaneced en esa casa, comiendo y bebiendo lo que tengan, porque el obrero merece su salario. No vayáis de casa en casa. En la ciudad en que entréis y os reciban, comed lo que os pongan; curad los enfermos que haya en ella, y decidles: "El Reino de Dios está cerca de vosotros."»

🧘 Meditatio

Lucas nos presenta el envío de setenta y dos discípulos, número simbólico que representa a todas las naciones del mundo según el Génesis. Jesús los envía "de dos en dos", siguiendo la tradición judía que exige dos testigos para validar un testimonio. La imagen de "corderos entre lobos" revela la vulnerabilidad radical del misionero cristiano, que confía no en recursos materiales sino en la providencia divina. La prohibición de llevar bolsa o alforja subraya la urgencia del mensaje: el Reino está cerca. "Paz a esta casa" era el saludo judío tradicional, pero aquí se convierte en don mesiánico. El mandato de "curar enfermos" une proclamación y acción transformadora. Esta misión anticipa la evangelización universal que Cristo confía a su Iglesia. Cristo te mira hoy y te dice: "Te envío". No cuando seas perfecto, sino ahora, con tu historia, tus heridas y tus dones. Quizá sientes que no estás preparado, que necesitas más formación o santidad. Pero Jesús no espera tu perfección; espera tu disponibilidad. Él te envía vulnerable, como cordero, porque quiere que tu fuerza sea Él, no tus talentos.Fíjate: te envía "de dos en dos", nunca solo. Tu misión no es solitaria. ¿Quién camina contigo en la fe? ¿Con quién compartes tus búsquedas espirituales? La comunidad es esencial para no perderte en el camino. Y te envía sin cargas innecesarias. ¿Qué "bolsas y alforjas" cargas que impiden tu libertad? ¿Qué seguridades falsas te impiden confiar radicalmente en la Providencia?Tu misión específica está donde vives: familia, trabajo, vecindario. Allí debes llevar paz, sanar heridas con tu presencia compasiva y proclamar que Dios está cerca. No con discursos grandilocuentes, sino siendo testigo auténtico del amor que has experimentado. Cada conversación puede ser misionera si vives desde el corazón de Cristo.¿En qué área de tu vida Dios te está llamando a ser más valiente en tu testimonio? ¿A quién específicamente te envía hoy para llevar su paz?

🙌 Oratio

Señor Jesús, me estremezo al escucharte decir "te envío". Reconozco que tantas veces me siento inadecuado, pequeño, sin palabras apropiadas para hablar de ti. A veces me paraliza el miedo al rechazo, a ser malinterpretado, a parecer fanático o anticuado en un mundo que ya no te escucha. Pero hoy, ante tu mirada confiada, algo se mueve en mi corazón.Te agradezco porque no me envías solo, sino acompañado por hermanos y sobre todo por ti mismo. Gracias porque no me pides recursos que no tengo, sino confianza filial que sí puedo cultivar. Te pido valentía para desprenderme de mis seguridades falsas, de mi necesidad de control, de mi deseo de agradar a todos antes que a ti.Enséñame a llevar tu paz genuina, no mis propias agendas. Ayúdame a ser sanador de heridas, no causante de más dolor. Dame palabras oportunas para proclamar que tu Reino está cerca, especialmente a quienes sufren, dudan o se sienten abandonados.Te ofrezco mi vulnerabilidad, mi historia imperfecta, mis dones limitados. Haz que sea cordero manso como tú, no lobo disfrazado. Que mi vida entera sea un anuncio silencioso pero elocuente de tu amor transformador. Envíame, Señor, y dame la gracia de responder con María: "Hágase en mí según tu palabra".

🕊️ Contemplatio

Imagínate en una colina de Galilea, al amanecer. El aire fresco acaricia tu rostro. Jesús está frente a ti, mirándote con ternura infinita. Sus ojos reflejan confianza total en ti, no por tus méritos sino por su amor. Extiende sus manos hacia ti, como quien entrega un tesoro preciado: te está confiando su misma misión.Escucha el latido de su corazón, apasionado por salvar al mundo. Siente su mano sobre tu hombro, firme y cálida. Aunque sabe que eres frágil, te elige. Mira cómo sonríe cuando dices que sí, aunque sea un sí tembloroso.No necesitas decir nada más. Solo permanece ahí, en su mirada, dejándote amar, dejándote enviar. Siente cómo su Espíritu te penetra como viento suave, fortaleciéndote desde dentro. En el silencio profundo, recibe su paz, su fuerza, su alegría. Eres amado. Eres enviado. Eres capaz porque Él va contigo. Respira hondo. Descansa en esta certeza consoladora.

🤝 Compromiso

Gesto personal: Hoy, al levantarme y antes de dormir, repetiré con confianza: "Señor, envíame. Confío en ti". Identificaré una situación concreta donde debo llevar paz y la enfrentaré con oración previa.Actitud familiar: Escucharé con atención plena a un miembro de mi familia sin interrumpir, tratando de ver a Cristo en él o ella. Ofreceré palabras de aliento genuino que sanen posibles heridas.Intención comunitaria: Contactaré a alguien que sé que está pasando por dificultades (enfermedad, soledad, crisis) para hacerle saber que no está solo. Será mi "misión del día" llevar presencia y paz.Examen nocturno: Antes de dormir me preguntaré: "¿Fui hoy portador de la paz de Cristo o de mis propias ansiedades? ¿En qué momento sentí que el Señor iba conmigo? ¿Dónde me faltó confiar más en su providencia?" Dormiré dando gracias por las oportunidades misioneras que tuve y pidiendo perdón por las que dejé pasar.

📢 Peticiones

Por la Iglesia universal: Para que todos los bautizados redescubramos nuestra vocación misionera y seamos testigos valientes del Evangelio en nuestros ambientes cotidianos, confiando en la fuerza del Espíritu Santo. Roguemos al Señor. Por los evangelizadores y misioneros: Por quienes han dejado todo para llevar el Evangelio a tierras lejanas, y por quienes evangelizan en la sencillez de su vida diaria; que el Señor los sostenga con su gracia y los haga instrumentos eficaces de su paz. Roguemos al Señor. Por los enfermos y necesitados: Por quienes sufren enfermedad, soledad, angustia o desesperanza; que experimenten la cercanía del Reino de Dios a través de la compasión de sus hermanos y encuentren consuelo en Cristo sanador. Roguemos al Señor. Por las familias: Para que cada hogar cristiano sea escuela de fe y misión, donde se aprenda a llevar paz, a acoger al hermano y a testimoniar con alegría que el Reino de Dios está cerca. Roguemos al Señor. Por nosotros mismos: Para que el Señor nos despoje de nuestras seguridades falsas y nos llene de confianza filial, haciéndonos dóciles a su llamado y generosos en nuestra respuesta misionera. Roguemos al Señor.

🛐 Oración de Consagración

Gracias, Padre bueno, por este tiempo de intimidad contigo. Gracias por enviarme con tu Hijo al mundo que tanto amas. Gracias por no dejarme solo jamás. Con Jesús te ofrezco este día, mis pasos, mis palabras, mis encuentros. Que todo sea para tu gloria. Padre nuestro, que estás en el cielo... (rezar completo) María, Madre y Maestra de los misioneros, en tus manos pongo mi vida. Tú que dijiste "sí" sin entender todo, enséñame a confiar. Tú que llevaste a Jesús a Isabel con prisa y alegría, dame tu celo apostólico. Bajo tu manto maternal me consagro nuevamente. Que mi vida proclame las grandezas del Señor como la tuya. Dios te salve, María... (rezar completo) Envíame, Señor. Aquí estoy. Amén.

📖 Hermenéutica

1. CONTEXTO HISTÓRICO-LITERARIO Este pasaje se sitúa en la sección central del Evangelio de Lucas (9,51-19,44), conocida como "el gran viaje a Jerusalén". Lucas estructura su narrativa mostrando a Jesús en camino hacia su destino pascual, mientras forma a sus discípulos en la misión. El envío de los setenta y dos ocurre después del envío de los Doce (Lc 9,1-6) y es exclusivo de Lucas, revelando su teología inclusiva de la misión. El número setenta y dos remite a la Tabla de las Naciones en Génesis 10 (según la versión de los LXX), simbolizando la universalidad de la misión. Lucas escribía para comunidades judeocristianas y gentiles en la segunda mitad del siglo I, enfrentando el desafío de expandir el Evangelio más allá de Palestina. Este texto legitimaba teológicamente la misión ad gentes, mostrando que desde el principio Jesús anticipó la evangelización universal. El género literario es narrativa de envío misionero, con instrucciones que recuerdan los códigos de itinerancia de predicadores carismáticos de la época, pero radicalizados por la urgencia escatológica del Reino. 2. EXÉGESIS LINGÜÍSTICA Y SIMBÓLICA La expresión griega apostellō (enviar) tiene connotación de autoridad delegada: los enviados actúan en nombre y con el poder del enviador. "De dos en dos" (ana dyo) no solo cumple el requisito legal judío de dos testigos (Dt 19,15), sino que refleja la eclesiología lucana de comunidad y mutuo sostenimiento. "Corderos entre lobos" (arnas en mesō lykōn) es imagen paradójica que invierte expectativas mesiánicas violentas: el Reino no se impone por la fuerza sino por la vulnerabilidad profética. Los lobos representan hostilidad, pero la fragilidad del cordero revela que la misión cristiana no se defiende con poder mundano sino con testimonio crucificado. "Paz a esta casa" (eirēnē) no es mero saludo sino don mesiánico del shalom escatológico: plenitud, reconciliación, presencia salvífica. El "hijo de paz" (hyios eirēnēs) es semitismo que designa a quien está interiormente dispuesto a acoger el Evangelio. La paz no es imposición sino ofrecimiento que se acoge libremente. La prohibición de llevar "bolsa, alforja, sandalias" subraya dependencia radical en la Providencia y urgencia del Reino cercano. No hay tiempo para protocolos sociales ("no saludéis en el camino" se refiere a los extensos saludos orientales que retrasaban la misión). 3. INTERPRETACIÓN PATRÍSTICA Y MAGISTERIAL San Cirilo de Alejandría comenta que el envío de setenta y dos prefigura la evangelización de todas las naciones, siendo el número simbólico de la totalidad de los pueblos según la genealogía de Génesis. La duplicación del envío (primero doce, luego setenta y dos) significa que la misión es tarea de toda la Iglesia, no solo de la jerarquía. San Gregorio Magno interpreta "corderos entre lobos" cristológicamente: el misionero debe imitar al Cordero de Dios que con su mansedumbre venció al lobo infernal. No se trata de ingenuidad sino de fortaleza espiritual que vence el mal con el bien (Rom 12,21). Santo Tomás de Aquino, en su Catena Aurea, explica que la pobreza de medios evidencia que el poder evangelizador proviene del Espíritu Santo, no de recursos humanos. La desnudez apostólica (CIC 853) es testimonio profético contra la idolatría de las riquezas. El Concilio Vaticano II en Dei Verbum 8 reconoce que la Tradición apostólica, iniciada con estos envíos, es dinámica y se actualiza en cada época mediante la predicación viva de la Iglesia. En Ad Gentes 23, el Concilio afirma que todo bautizado participa en la misión evangelizadora por el sacramento, no por mera delegación jerárquica. Benedicto XVI en Verbum Domini 94-97 conecta la misión con la Lectio Divina: el enviado debe primero haber escuchado contemplativamente la Palabra para luego proclamarla auténticamente. Francisco en Evangelii Gaudium 120-121 retoma "corderos entre lobos" para advertir contra la mundanización espiritual: la Iglesia misionera debe preservar su vulnerabilidad profética, rechazando el poder y la autosuficiencia. 4. APLICACIÓN PASTORAL CONTEMPORÁNEA Este pasaje ilumina desafíos actuales múltiples. Para el cristiano que se pregunta "¿qué puedo hacer yo?", Lucas responde: fuiste enviado por Cristo mismo, con su autoridad y compañía. No necesitas títulos académicos ni posiciones eclesiales; necesitas docilidad al Espíritu. En una cultura secularizada que margina lo religioso, la imagen del cordero entre lobos consuela: nuestra vulnerabilidad no es debilidad sino método evangelizador distintivo. Para matrimonios y familias, el texto recuerda que evangelizan "de dos en dos": el testimonio conyugal es misionero cuando refleja el amor trinitario. Para jóvenes tentados por consumismo, la orden de no llevar "bolsa ni alforja" cuestiona radicalmente: ¿en qué depositas tu seguridad? ¿En tus cuentas bancarias o en la Providencia? En contextos de sufrimiento (enfermedad, duelo, crisis), "curad enfermos" adquiere dimensión terapéutica: la evangelización auténtica sana integralmente; no es proselitismo sino compasión eficaz. Para activistas de justicia social, la secuencia "paz-sanación-anuncio" integra proclamación y acción transformadora: no basta hablar del Reino; hay que hacerlo presente mediante obras concretas. Para sacerdotes y agentes pastorales tentados por carrerismo eclesiástico, el texto es purificación: la misión no es plataforma de poder sino servicio kenótico. La pobreza de medios evidencia que la fecundidad pastoral proviene de Dios, no de técnicas o estrategias humanas (CIC 2044). Finalmente, "el Reino está cerca" desafía la mediocridad espiritual contemporánea: la urgencia escatológica demanda conversión inmediata, no aplazamientos indefinidos. Cada encuentro puede ser kairós salvífico; cada conversación, oportunidad misionera. El cristianismo no es religión del templo sino del camino, de salida hacia las periferias existenciales, como insiste Francisco.

🎥 Video Reflexión