📅 20/07/2025
Lucas 10, 38-42
En medio de las prisas y exigencias diarias, Jesús nos recuerda lo esencial: estar con Él. Esta Palabra es para ti que te sientes dividido entre el hacer y el ser, entre el deber y el descanso. Si buscas discernimiento y vida interior, esta es tu oportunidad para escuchar lo que realmente importa.
Haz silencio... Cierra tus ojos un instante. Respira lento y profundo. Pon tu mano en el corazón. Dios está aquí. No vienes a aprender algo nuevo, vienes a encontrarte con Alguien que te ama y te espera. Jesús está en tu casa… y quiere hablar contigo.
Marta sirve con esmero, María escucha a Jesús; Él elogia la actitud de María.
«Yo estoy en tu casa, no para exigirte más, sino para amarte más. Detente, mírame. No necesito tus méritos… necesito tu atención. Quiero estar contigo, sin condiciones».
Señor Jesús, hoy vengo con el corazón agitado, lleno de tareas, preocupaciones y distracciones. Tú me invitas a sentarme a tus pies, a escucharte, a dejar de correr sin sentido. Espíritu Santo, calma mi interior y abre mis oídos a tu Palabra viva. Padre bueno, gracias por enviarme a tu Hijo. María, tú que supiste guardar y meditar en tu corazón, enséñame a elegir la mejor parte. Amén.
“Mientras iban de camino, entró en un pueblo, y una mujer llamada Marta lo recibió en su casa. Tenía una hermana llamada María, que, sentada a los pies del Señor, escuchaba su palabra. Marta, por su parte, estaba absorbida por los muchos quehaceres, y acercándose, dijo: —Señor, ¿no te importa que mi hermana me haya dejado sola en las tareas? Dile, pues, que me ayude. Le respondió el Señor: —Marta, Marta, te preocupas y te agitas por muchas cosas; sin embargo, una sola es necesaria. María ha elegido la parte buena, que no le será quitada”
Este pasaje, ubicado justo después de la parábola del Buen Samaritano, nos muestra otro rostro del discipulado: la escucha amorosa. En un contexto donde el servicio era esencial, Jesús enseña que la prioridad no es hacer por hacer, sino estar con Él. Marta representa nuestra tendencia a activarnos sin pausa, mientras María simboliza el alma que reconoce la voz de su Maestro. La comunidad cristiana de Lucas necesitaba entender que no todo el seguimiento es acción externa; también es contemplación. Tú también corres, planeas, resuelves, cuidas, y a veces… te olvidas de escuchar. Este Evangelio te invita a detenerte. ¿Qué sentido tiene servir a Jesús si no lo escuchas? En tus días saturados, Jesús quiere entrar en tu casa, no para evaluarte, sino para amarte. Hay un momento del día que puedes reservarle, aunque sea breve. Hay palabras suyas esperando hacer nido en tu interior. Esta Palabra habla especialmente a quienes están en vocación de servicio, que cuidan, cocinan, trabajan y sienten que los demás no valoran su esfuerzo. Jesús ve tu entrega, pero también te pide cuidar tu alma. Preguntas: ¿En qué parte de tu vida estás agitado sin sentido? ¿Qué “parte mejor” necesitas elegir hoy? ¿Cómo puedes crear espacio para la escucha de Dios?
Señor Jesús, a veces soy Marta… me pierdo en lo urgente y olvido lo importante. Me agito por cosas que mañana ya no importarán. Y tú estás ahí, esperando que me siente contigo, que escuche, que me detenga. Perdóname por exigirte sin escucharte. Gracias por recordarme que me amas sin condiciones, que tu presencia es más valiosa que cualquier tarea cumplida. Hoy quiero ser como María, aunque me cueste. Enséñame a hacer silencio, a darte tiempo, a darte prioridad. Que mis acciones nazcan del amor que recibo al escucharte. Amén.
Imagina tu casa… y a Jesús entrando en ella. Te busca con la mirada. No trae reproches. Solo quiere estar contigo. Te invita a sentarte a su lado. Escúchalo. No tienes que responder. Solo estar. El silencio es sagrado cuando es compartido con quien amas. Respira… y déjate mirar por Él.
Hoy reservaré 10 minutos de silencio para estar con Jesús. Apagaré todo. Me sentaré como María y escucharé su Palabra. En familia, propondré un momento breve de oración o lectura del Evangelio. Y por la noche, me preguntaré: ¿qué espacio le di hoy al Señor? Si no pude hacerlo, lo intentaré mañana sin culpas, con amor.
Por la Iglesia, para que enseñe a contemplar tanto como a servir, roguemos al Señor. Por los líderes del mundo, para que no pierdan de vista lo esencial, roguemos al Señor. Por quienes viven agobiados y sin descanso interior, roguemos al Señor. Por nuestras familias, para que haya tiempo para Dios y entre nosotros, roguemos al Señor. Por cada uno de nosotros, para que sepamos elegir la parte que no se quita, roguemos al Señor.
Gracias, Jesús, por venir a mi casa. No traes juicio, sino presencia. Hoy te recibo con alegría y humildad. Enséñame a escucharte y a descansar en tu amor. Padre nuestro... María, modelo de escucha y silencio fecundo, enséñame a vivir en tu estilo. Dios te salve, María...
1. Contexto Histórico-Literario Lucas redacta su Evangelio hacia el año 80 d.C., dirigido a comunidades cristianas no judías que vivían en ciudades del Imperio Romano. En este relato, Lucas presenta a Jesús en la casa de Marta y María, en una sociedad donde la mujer solía estar relegada al ámbito doméstico. Sin embargo, aquí una mujer ocupa el lugar del discípulo: sentada a los pies del Maestro. El género es narrativo, y forma parte del viaje de Jesús hacia Jerusalén, donde enseña lo que significa seguirlo. 2. Exégesis Lingüística y Simbólica El verbo griego usado para “escuchar” (ἀκούω - akoúō) indica una actitud continua, atenta, no momentánea. La expresión “elegido la parte buena” implica algo duradero, definitivo. La “casa” simboliza también nuestra interioridad, nuestro espacio vital. Las figuras de Marta y María son arquetipos de dos modos de vivir: el activismo y la contemplación. Jesús no desprecia el servicio, sino que redefine la prioridad. 3. Interpretación Patrística y Magisterial San Agustín veía en María el alma contemplativa y en Marta el alma activa: ambas necesarias, pero con distinta orientación. Santa Teresa de Ávila enseñaba que las dos hermanas deben habitar el mismo corazón. El Magisterio actual, como en Verbum Domini (n. 66), insiste en que la escucha de la Palabra debe preceder a la acción pastoral. Este pasaje es proclamado en liturgia para motivar la oración personal y la lectura bíblica cotidiana. 4. Aplicación Pastoral Contemporánea Hoy muchos cristianos están agotados, llenos de tareas, pero vacíos de sentido. Esta escena evangélica los interpela: ¿escuchamos antes de actuar? Es una invitación a cuidar nuestra alma tanto como nuestras responsabilidades. Es actual para padres, trabajadores, catequistas, religiosos, jóvenes y adultos mayores: todos necesitamos detenernos y escuchar. María nos recuerda que la escucha activa transforma la vida. Preguntas para la reflexión: ¿Qué aspecto de este texto me resulta más desafiante? ¿Cómo puedo vivir hoy esta Palabra en mi realidad concreta? ¿Qué me enseña sobre el corazón de Dios?