Lectio Divina Lucas 17, 11-19

📅 12/10/2025

📜 Evangelio del Día

Lucas 17, 11-19

✨ Motivación

Jesús camina hacia Jerusalén y purifica a diez leprosos; en la gratitud del samaritano revela el corazón del Padre. En nuestras enfermedades, culpas o cansancios, Él está cercano y salva. Si sientes miedo, ingratitud o sequedad, este momento de oración es medicina para el alma y escuela de confianza.

📖 Introducción

Antes de leer el Evangelio y orar, siéntate con la espalda erguida, relaja los hombros y respira despacio tres veces. Con cada exhalación, entrega a Dios tus preocupaciones. El Señor está aquí, presente y amoroso. No necesitas demostrar nada: basta tu pequeñez. Deja que tus sentidos, tu mente y tu corazón se dispongan a escuchar. Ven como estás: cansado o agradecido, herido o esperanzado; Él te mira, te conoce y quiere hablarte al centro del alma.

📝 Descripción

Diez leprosos suplican; uno vuelve agradecido. La fe que reconoce y agradece recibe salvación y vida nueva.

💬 Cita Yo Soy

Yo soy tu Sanador y tu Camino. Cuando me invocas desde lejos y obedeces mi palabra sencilla, la gracia te alcanza mientras caminas. Vuelve a mí con corazón agradecido y hallarás paz más honda que la salud del cuerpo. Levántate: en mi amor tu fe madura y te hace verdaderamente vivo.

🙏 Oración Inicial

En el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo. Padre bueno, vengo con mis heridas, pobrezas y silencios. Necesito tu mirada que sana y tu palabra que anima. Jesús, Maestro compasivo, como los leprosos te digo: ten piedad de mí y muéstrame el camino de la gratitud. Espíritu Santo, hazme dócil para caminar en obediencia, aun cuando no vea resultados inmediatos. Madre María, mujer de la gratitud, enséñame a volver siempre a Jesús para darle gloria. Concede a mi corazón memoria agradecida y confianza filial, hoy y siempre. Amén. Acoge mi alabanza humilde y transforma mis temores en paz; toma mis pasos y únelos a tu voluntad.

📖 Lectio

Yendo de camino a Jerusalén, pasaba entre Samaría y Galilea. Al entrar en una aldea, le salieron al encuentro diez leprosos que se pararon a distancia; y levantaron la voz, diciendo: “Jesús, Maestro, ten compasión de nosotros.” Al verlos, les dijo: “Id, mostraos a los sacerdotes.” Y sucedió que, mientras iban, quedaron limpios. Uno de ellos, viéndose curado, volvió glorificando a Dios en alta voz; y cayó de bruces a los pies de Jesús dándole gracias; y éste era samaritano. Tomó la palabra Jesús y dijo: “¿No quedaron limpios los diez? Los otros nueve, ¿dónde están? ¿No ha habido quien volviera a dar gloria a Dios sino este extranjero?” Y le dijo: “Levántate y vete; tu fe te ha salvado.”

🧘 Meditatio

Lucas sitúa a Jesús en camino a Jerusalén, donde se consumará su Pascua. Diez leprosos, marginados por la Ley, guardan distancia y suplican: “Jesús, Maestro, ten compasión de nosotros.” Él no los toca; los envía a los sacerdotes, gesto que implica fe obediente y reintegración comunitaria (Lv 13–14). Mientras caminan, quedan limpios: la gracia acontece en la obediencia. Uno, samaritano y “extranjero”, retorna glorificando a Dios y agradece postrado. Jesús revela el centro: “¿No hubo quien volviera a dar gloria a Dios sino este extranjero? Levántate y vete; tu fe te ha salvado.” Gratitud, fe y salvación se entrelazan aquí. Tú conoces lo que es caminar con heridas visibles o escondidas: culpas, diagnósticos, cansancio, soledad. Este pasaje te dice que Jesús te ve, escucha tu súplica y te pone en marcha. A veces la gracia llega mientras caminas, cuando obedeces una palabra sencilla: perdona, pide ayuda, vuelve a la comunidad, da gracias. ¿En qué área de tu vida necesitas especialmente esta Palabra? Quizás en tu oración fatigada o en relaciones rotas. La gratitud abre la puerta: te saca del centro y devuelve la gloria a Dios. Hoy se te invita a reconocer dones recibidos y a volver a los pies de Jesús, para agradecer. Eso no es formalidad; es fe encarnada. “Levántate y vete” significa retomar la vida con dignidad nueva. ¿Qué miedos o esperanzas toca en ti este mensaje? La ingratitud te aísla; la gratitud te reintegra. Decide hoy volver y dar gloria por algo concreto: una persona, una oportunidad, una luz en la oscuridad. Camina obedientemente y la sanación sucederá, quizá no como esperabas, pero sí como más te conviene. Y cuando te descubras lejos, no te justifiques: regresa cantando, postrado, verdadero. La gratitud madura tu fe, te hace hijo, y convierte cada paso ordinario en liturgia cotidiana.

🙌 Oratio

Señor Jesús, Maestro compasivo, hoy me acerco a distancia como los leprosos y te suplico: ten piedad de mí. A veces me cuesta obedecer tu palabra sencilla y camino distraído, olvidando agradecer. Te doy gracias por las limpiezas discretas que operas en mi historia y por las veces que me reintegras a la comunidad. Te pido la gracia de un corazón agradecido, capaz de volver a tus pies y darte gloria. Sana mis heridas visibles y las que escondo. Te ofrezco mi jornada como canto humilde de gratitud y servicio. Levántame con tu voz y envíame en paz, con fe nueva. Enséñame a reconocer tus dones sin compararme, a recibir tu tiempo sin impaciencia. Dame obediencia concreta: pedir perdón, reconciliarme, compartir con quien necesita. Que mi memoria recuerde tus favores y mi boca los proclame. Tú sabes dónde me duele; tócalo con tu misericordia. Quiero caminar hacia Jerusalén contigo siempre.

🕊️ Contemplatio

Imagínate en el camino entre Galilea y Samaría. El polvo se levanta; el aire huele a aldea. Escuchas a diez hombres gritar: “Jesús, Maestro, ten compasión.” Mira a Jesús detenerse y señalar el futuro: “Vayan, muéstrense a los sacerdotes.” Siente en tu piel la limpieza silenciosa mientras caminas. Vuelve con el samaritano, deja que tu voz grite gloria. Postra tu frente en los pies del Señor. Él te mira con gozo y te dice: “Levántate y vete; tu fe te ha salvado.” Permanece allí, recibiendo paz, como agua que desciende y todo lo cura. En silencio, ama, confía, agradece, descansa.

🤝 Compromiso

Gesto personal: elegiré hoy un acto concreto de gratitud. Escribiré una breve oración de gracias por tres dones recientes y la rezaré de rodillas, devolviendo a Dios la gloria. Actitud familiar: en casa, pronunciaré en voz alta un “gracias” sincero por algo pequeño de cada miembro, evitando la queja fácil y el reproche. Intención comunitaria: compartiré un bien material o un tiempo de escucha con alguien necesitado o solo, como señal de reintegración y esperanza. Examen nocturno: ¿Volví hoy a los pies de Jesús a agradecer? ¿Obedecí alguna palabra sencilla que me puso en camino? ¿Reconocí la salvación obrando mientras caminaba? Si no, pediré perdón y prepararé mi corazón para volver mañana con prontitud y alegría. Y decidiré un gesto específico para mañana, poniéndolo por escrito.

📢 Peticiones

, presentemos nuestras súplicas al Padre, recordando que el Hijo abrazó la cruz por nuestra salvación (Lc 9,43-45). Por la Iglesia: para que, contemplando el misterio de la cruz, anuncie con valentía la misericordia y eduque en la gratitud. Roguemos al Señor. Por quienes sufren en cuerpo o espíritu: que encuentren en Cristo consuelo, sentido y hermanos que acompañen. Roguemos al Señor. Por las familias divididas: que el perdón y la paciencia reconciliadora reconstruyan la comunión. Roguemos al Señor. Por nosotros: que aprendamos a volver a Jesús para dar gloria, acogiendo con fe el camino que Él propone. Roguemos al Señor.

🛐 Oración de Consagración

Padre amado, gracias por tu misericordia y por la palabra que hoy me ha sanado. Quiero vivir recordando tus beneficios. Unidos como familia de hijos, rezamos: Padre nuestro, que estás en el cielo… María, Madre de la gratitud, te consagro mi mente, mis afectos y mis pasos; enséñame a guardar la Palabra en el corazón y a volver siempre a Jesús. Santa María, acompáñame en las pruebas. Con confianza filial digo: Dios te salve, María… Que mi vida sea alabanza al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo. Amén.

📖 Hermenéutica

Contexto histórico-literario. El episodio ocurre “yendo de camino a Jerusalén” (Lc 17,11), eje teológico en Lucas: el camino culmina en Pascua, donde se revela la salvación. La lepra, según la Ley (Lv 13–14), suponía impureza y exclusión social. El género es relato milagroso con fuerte dimensión sapiencial y discipular: enseña el dinamismo fe–obediencia–gratitud–salvación. En el conjunto lucano, Jesús integra a marginados (Lc 5,12-16; 7,22) y resalta la fe de extranjeros (Lc 7,1-10). La comunidad de Lucas, de trasfondo greco-cristiano, aprende que la pertenencia se define por la fe obediente, no por linajes. Exégesis lingüística y simbólica. El clamor “ten compasión” traduce el rogar por entrañas de misericordia. El envío “Id, mostraos a los sacerdotes” remite a la verificación legal y reintegración comunitaria (Lv 14). El participio “mientras iban” indica que la purificación acontece en el acto de obedecer: la fe camina. “Volver” (hypostrépho) sugiere conversión: el samaritano no solo sana, sino que retorna a la Fuente, glorificando. “Cayó de bruces” expresa adoración; “extranjero” (allogenés) subraya la amplitud de la salvación. La última palabra de Jesús no es solo “quedar limpio”, sino “tu fe te ha salvado”: paso de curación física a salvación integral. Tipológicamente, recuerda a Naamán (2 Re 5): extranjero sanado que reconoce al Dios verdadero. Interpretación patrística y magisterial. Padres como san Agustín ven en los diez leprosos a la humanidad herida; el único que vuelve simboliza a quienes, además de ser curados, reconocen al Dador y ofrecen acción de gracias (cf. Enarrationes). San Juan Crisóstomo destaca la obediencia que opera el milagro y la ingratitud que roba la gloria debida a Dios. El Magisterio enseña que la fe “nace del oído” y conduce a la obediencia (Rom 10,17; DV 5; DV 25): la Palabra escuchada se guarda y se celebra en acción de gracias, culmen eucarístico (CIC 1324-1327). La compasión de Cristo hacia los que claman es constante (CIC 2616). Benedicto XVI subraya que la Escritura pide una escucha que devenga vida y liturgia: gloria a Dios y caridad al prójimo (VD 52). Aplicación pastoral contemporánea. En tiempos de enfermedad, soledad y exclusión, el texto ilumina un itinerario espiritual y social: clamar con verdad, obedecer la Palabra sencilla (consultar, reconciliarse, reintegrarse a la comunidad), reconocer el don y agradecer. Estados de vida: el enfermo encuentra sentido y compañía; el cuidador sostiene con esperanza; la familia aprende gratitud cotidiana; el agente pastoral acompaña procesos de reintegración. Circunstancias: alegría por curaciones, sufrimiento prolongado, rutina que anestesia la memoria. Desafíos: cultura de la queja, prisa que impide agradecer, fe reducida a peticiones sin retorno. Camino propuesto: oración confiada, obediencia concreta, regreso agradecido, misión reconciliadora. Así, la fe se hace salvación integral y gloria de Dios (CIC 1803; Lc 17,18-19).

🎥 Video Reflexión