📅 13/04/2025
Lucas 22, 14-23, 56
En medio de nuestros dolores, dudas y cansancio, Cristo nos invita hoy a sentarnos a su mesa. Este Evangelio es un llamado urgente a recibir fortaleza, perdón y amor en la pasión de Jesús. ¿Te falta fe, consuelo o dirección? Esta Palabra es para ti.
🌼 Cierra los ojos. Respira profundamente. Inhala paz, exhala todo lo que te agobia. Pon tu mano sobre el corazón y di: "Habla, Señor, que tu siervo escucha". Entramos en el silencio donde Dios habla con amor.
Pasión de Cristo: Última Cena, traición, juicio, crucifixión, muerte y sepultura.
✨ Fragmento inspirador de "Yo Soy" – Concepción Cabrera de Armida "Yo soy el Pan vivo bajado del cielo. Yo soy el que se da, el que se inmola, el que ama sin medida. Yo soy el Amigo que no abandona, el Rey que se deja humillar por amor. ¿Me dejarás entrar en tu cruz hoy?"
🙏 Dios Padre, Hijo y Espíritu Santo, te invocamos con humildad. Llena este momento con tu luz. Que podamos comprender el misterio de tu amor manifestado en la pasión de tu Hijo. Transforma nuestro corazón para vivir como verdaderos discípulos de Cristo. Amén.
Jesucristo según San Lucas (22, 14—23, 56) He deseado celebrar esta Pascua con ustedes, antes de padecer C. Llegada la hora de cenar, se sentó Jesús con sus discípulos y les dijo: †. “Cuánto he deseado celebrar esta Pascua con ustedes, antes de padecer, porque yo les aseguro que ya no la volveré a celebrar, hasta que tenga cabal cumplimiento en el Reino de Dios”. C. Luego tomó en sus manos una copa de vino, pronunció la acción de gracias y dijo: †. “Tomen esto y repártanlo entre ustedes, porque les aseguro que ya no volveré a beber del fruto de la vid hasta que venga el Reino de Dios”. Hagan esto en memoria mía C. Tomando después un pan, pronunció la acción de gracias, lo partió y se lo dio, diciendo: †. “Esto es mi cuerpo, que se entrega por ustedes. Hagan esto en memoria mía”. C. Después de cenar, hizo lo mismo con una copa de vino, diciendo: †. “Esta copa es la nueva alianza, sellada con mi sangre, que se derrama por ustedes”. ¡Ay de aquel por quien el Hijo del hombre será entregado! †. “Pero miren: la mano del que me va a entregar está conmigo en la mesa. Porque el Hijo del hombre va a morir, según lo decretado; pero ¡ay de aquel hombre por quien será entregado!” C. Ellos empezaron a preguntarse unos a otros quién de ellos podía ser el que lo iba a traicionar. Yo estoy en medio de ustedes como el que sirve C. Después los discípulos se pusieron a discutir sobre cuál de ellos debería ser considerado como el más importante. Jesús les dijo: †. “Los reyes de los paganos los dominan, y los que ejercen la autoridad se hacen llamar bienhechores. Pero ustedes no hagan eso, sino todo lo contrario: que el mayor entre ustedes actúe como si fuera el menor, y el que gobierna, como si fuera un servidor. Porque, ¿quién vale más, el que está a la mesa o el que sirve? ¿Verdad que es el que está a la mesa? Pues yo estoy en medio de ustedes como el que sirve. Ustedes han perseverado conmigo en mis pruebas, y yo les voy a dar el Reino, como mi Padre me lo dio a mí, para que coman y beban a mi mesa en el Reino, y se siente cada uno en un trono, para juzgar a las doce tribus de Israel”. Tú, una vez convertido, confirma a tus hermanos C. Luego añadió: †. “Simón, Simón, mira que Satanás ha pedido permiso para zarandearlos como trigo; pero yo he orado por ti, para que tu fe no desfallezca; y tú, una vez convertido, confirma a tus hermanos”. C. El le contestó: S. “Señor, estoy dispuesto a ir contigo incluso a la cárcel y a la muerte”. C. Jesús le replicó: †. “Te digo, Pedro, que hoy, antes de que cante el gallo, habrás negado tres veces que me conoces”. Conviene que se cumpla en mí lo que está escrito C. Después les dijo a todos ellos: †. “Cuando los envié sin provisiones, sin dinero ni sandalias, ¿acaso les faltó algo?” C. Ellos contestaron: S. “Nada”. C. El añadió: †. “Ahora, en cambio, el que tenga dinero o provisiones, que los tome; y el que no tenga espada, que venda su manto y compre una. Les aseguro que conviene que se cumpla esto que está escrito de mí: Fue contado entre los malhechores, porque se acerca el cumplimiento de todo lo que se refiere a mí”. C. Ellos le dijeron: S. “Señor, aquí hay dos espadas”. C. El les contestó: †. “¡Basta ya!” Lleno de tristeza, se puso a orar de rodillas C. Salió Jesús, como de costumbre, al monte de los Olivos y lo acompañaron los discípulos. Al llegar a ese sitio, les dijo: †. “Oren, para no caer en la tentación”. C. Luego se alejó de ellos a la distancia de un tiro de piedra y se puso a orar de rodillas, diciendo: †. “Padre, si quieres, aparta de mí esta amarga prueba; pero que no se haga mi voluntad, sino la tuya”. C. Se le apareció entonces un ángel para confortarlo; él, en su angustia mortal, oraba con mayor insistencia, y comenzó a sudar gruesas gotas de sangre, que caían hasta el suelo. Por fin terminó su oración, se levantó, fue hacia sus discípulos y los encontró dormidos por la pena. Entonces les dijo: †. “¿Por qué están dormidos? Levántense y oren para no caer en la tentación”. Judas, ¿con un beso entregas al Hijo del hombre? C. Todavía estaba hablando, cuando llegó una turba encabezada por Judas, uno de los Doce, quien se acercó a Jesús para besarlo. Jesús le dijo: †. “Judas, ¿con un beso entregas al Hijo del hombre?” C. Al darse cuenta de lo que iba a suceder, los que estaban con él dijeron: S. “Señor, ¿los atacamos con la espada?” C. Y uno de ellos hirió a un criado del sumo sacerdote y le cortó la oreja derecha. Jesús intervino, diciendo: †. “¡Dejen! ¡Basta!” C. Le tocó la oreja y lo curó. Después Jesús dijo a los sumos sacerdotes, a los encargados del templo y a los ancianos que habían venido a arrestarlo: †. “Han venido a aprehenderme con espadas y palos, como si fuera un bandido. Todos los días he estado con ustedes en el templo y no me echaron mano. Pero ésta es su hora y la del poder de las tinieblas”. Pedro salió de ahí y se soltó a llorar C. Ellos lo arrestaron, se lo llevaron y lo hicieron entrar en la casa del sumo sacerdote. Pedro los seguía desde lejos. Encendieron fuego en medio del patio, se sentaron alrededor y Pedro se sentó también con ellos. Al verlo sentado junto a la lumbre, una criada se le quedó mirando y dijo: S. “Este también estaba con él”. C. Pero él lo negó diciendo: S. “No lo conozco, mujer”. C. Poco después lo vio otro y le dijo: S. “Tú también eres uno de ellos”. C. Pedro replicó: S. “¡Hombre, no lo soy!” C. Y como después de una hora, otro insistió: S. “Sin duda que éste también estaba con él, porque es galileo”. C. Pedro contestó: S. “¡Hombre, no sé de qué hablas!” C. Todavía estaba hablando, cuando cantó un gallo. El Señor, volviéndose, miró a Pedro. Pedro se acordó entonces de las palabras que el Señor le había dicho: ‘Antes de que cante el gallo, me negarás tres veces’, y saliendo de allí se soltó a llorar amargamente. Adivina quién te ha pegado C. Los hombres que sujetaban a Jesús se burlaban de él, le daban golpes, le tapaban la cara y le preguntaban: S. “¿Adivina quién te ha pegado?” C. Y proferían contra él muchos insultos. Lo hicieron comparecer ante el sanedrín C. Al amanecer se reunió el consejo de los ancianos con los sumos sacerdotes y los escribas. Hicieron comparecer a Jesús ante el sanedrín y le dijeron: S. “Si tú eres el Mesías, dínoslo”. C. El les contestó: †. “Si se lo digo, no lo van a creer, y si les pregunto, no me van a responder. Pero ya desde ahora, el Hijo del hombre está sentado a la derecha de Dios todopoderoso”. C. Dijeron todos: S. “Entonces, ¿tú eres el Hijo de Dios?” C. El les contestó: †. “Ustedes mismos lo han dicho: sí lo soy”. C. Entonces ellos dijeron: S. “¿Qué necesidad tenemos ya de testigos? Nosotros mismos lo hemos oído de su boca”. C. El consejo de los ancianos, con los sumos sacerdotes y los escribas, se levantaron y llevaron a Jesús ante Pilato. No encuentro ninguna culpa en este hombre C. Entonces comenzaron a acusarlo, diciendo: S. “Hemos comprobado que éste anda amotinando a nuestra nación y oponiéndose a que se pague tributo al César y diciendo que él es el Mesías rey”. C. Pilato preguntó a Jesús: S. “¿Eres tú el rey de los judíos?” C. El le contesto: †. “Tú lo has dicho”. C. Pilato dijo a los sumos sacerdotes y a la turba: S. “No encuentro ninguna culpa en este hombre”. C. Ellos insistían con más fuerza, diciendo: S. “Solivianta al pueblo enseñando por toda Judea, desde Galilea hasta aquí”. C. Al oír esto, Pilato preguntó si era galileo, y al enterarse de que era de la jurisdicción de Herodes, se lo remitió, ya que Herodes estaba en Jerusalén precisamente por aquellos días. Herodes, con su escolta, lo despreció C. Herodes, al ver a Jesús, se puso muy contento, porque hacía mucho tiempo que quería verlo, pues había oído hablar mucho de él y esperaba presenciar algún milagro suyo. Le hizo muchas preguntas, pero él no le contestó ni una palabra. Estaban ahí los sumos sacerdotes y los escribas, acusándolo sin cesar. Entonces Herodes, con su escolta, lo trató con desprecio y se burló de él, y le mandó poner una vestidura blanca. Después se lo remitió a Pilato. Aquel mismo día se hicieron amigos Herodes y Pilato, porque antes eran enemigos. Pilato les entregó a Jesús C. Pilato convocó a los sumos sacerdotes, a las autoridades y al pueblo, y les dijo: S. “Me han traído a este hombre, alegando que alborota al pueblo; pero yo lo he interrogado delante de ustedes y no he encontrado en él ninguna de las culpas de que lo acusan. Tampoco Herodes, porque me lo ha enviado de nuevo. Ya ven que ningún delito digno de muerte se ha probado. Así pues, le aplicaré un escarmiento y lo soltaré”. C. Con ocasión de la fiesta, Pilato tenía que dejarles libre a un preso. Ellos vociferaron en masa, diciendo: S. “¡Quita a ése! ¡Suéltanos a Barrabás!” C. A éste lo habían metido en la cárcel por una revuelta acaecida en la ciudad y un homicidio. Pilato volvió a dirigirles la palabra, con la intención de poner en libertad a Jesús; pero ellos seguían gritando: S. “¡Crucifícalo, crucifícalo!” C. El les dijo por tercera vez: S. “¿Pues qué ha hecho de malo? No he encontrado en él ningún delito que merezca la muerte; de modo que le aplicaré un escarmiento y lo soltaré”. C. Pero ellos insistían, pidiendo a gritos que lo crucificara. Como iba creciendo el griterío, Pilato decidió que se cumpliera su petición; soltó al que le pedían, al que había sido encarcelado por revuelta y homicidio, y a Jesús se lo entregó a su arbitrio. Hijas de Jerusalén, no lloren por mí C. Mientras lo llevaban a crucificar, echaron mano a un cierto Simón de Cirene, que volvía del campo, y lo obligaron a cargar la cruz, detrás de Jesús. Lo iba siguiendo una gran multitud de hombres y mujeres, que se golpeaban el pecho y lloraban por él. Jesús se volvió hacia las mujeres y les dijo: †. “Hijas de Jerusalén, no lloren por mí; lloren por ustedes y por sus hijos, porque van a venir días en que se dirá: ‘¡Dichosas las estériles y los vientres que no han dado a luz y los pechos que no han criado!’ Entonces dirán a los montes: ‘Desplómense sobre nosotros’, y a las colinas: ‘Sepúltennos’, porque si así tratan al árbol verde, ¿qué pasará con el seco?” Padre, perdónalos, porque no saben lo que hacen C. Conducían, además, a dos malhechores, para ajusticiarlos con él. Cuando llegaron al lugar llamado “la Calavera”, lo crucificaron allí, a él y a los malhechores, uno a su derecha y el otro a su izquierda. Jesús decía desde la cruz: †. “Padre, perdónalos, porque no saben lo que hacen”. C. Los soldados se repartieron sus ropas, echando suertes. Este es el rey de los judíos C. El pueblo estaba mirando. Las autoridades le hacían muecas, diciendo: S. “A otros ha salvado; que se salve a sí mismo, si él es el Mesías de Dios, el elegido”. C. También los soldados se burlaban de Jesús, y acercándose a él, le ofrecían vinagre y le decían: S. “Si tú eres el rey de los judíos, sálvate a ti mismo”. C. Había, en efecto, sobre la cruz, un letrero en griego, latín y hebreo, que decía: “Este es el rey de los judíos”. Hoy estarás conmigo en el paraíso C. Uno de los malhechores crucificados insultaba a Jesús, diciéndole: S. “Si tú eres el Mesías, sálvate a ti mismo y a nosotros”. C. Pero el otro le reclamaba, indignado: S. “¿Ni siquiera temes tú a Dios estando en el mismo suplicio? Nosotros justamente recibimos el pago de lo que hicimos. Pero éste ningún mal ha hecho”. C. Y le decía a Jesús: S. “Señor, cuando llegues a tu Reino, acuérdate de mí”. C. Jesús le respondió: †. “Yo te aseguro que hoy estarás conmigo en el paraíso”. Padre, en tus manos encomiendo mi espíritu C. Era casi el mediodía, cuando las tinieblas invadieron toda la región y se oscureció el sol hasta las tres de la tarde. El velo del templo se rasgó a la mitad. Jesús, clamando con voz potente, dijo: †. “¡Padre, en tus manos encomiendo mi espíritu!” C. Y dicho esto, expiró. Aquí se arrodillan todos y se hace una breve pausa. C. El oficial romano, al ver lo que pasaba, dio gloria a Dios, diciendo: S. “Verdaderamente este hombre era justo”. C. Toda la muchedumbre que había acudido a este espectáculo, mirando lo que ocurría, se volvió a su casa dándose golpes de pecho. Los conocidos de Jesús se mantenían a distancia, lo mismo que las mujeres que lo habían seguido desde Galilea, y permanecían mirando todo aquello. José colocó el cuerpo de Jesús en un sepulcro C. Un hombre llamado José, consejero del sanedrín, hombre bueno y justo, que no había estado de acuerdo con la decisión de los judíos ni con sus actos, que era natural de Arimatea, ciudad de Judea, y que aguardaba el Reino de Dios, se presentó ante Pilato para pedirle el cuerpo de Jesús. Lo bajó de la cruz, lo envolvió en una sábana y lo colocó en un sepulcro excavado en la roca, donde no habían puesto a nadie todavía. Era el día de la Pascua y ya iba a empezar el sábado. Las mujeres que habían seguido a Jesús desde Galilea acompañaron a José para ver el sepulcro y cómo colocaban el cuerpo. Al regresar a su casa, prepararon perfumes y ungüentos, y el sábado guardaron reposo, conforme al mandamiento. Palabra del Señor.
Jesús se despide de sus discípulos en la Última Cena, instituye la Eucaristía y enfrenta la traición, el juicio y la cruz. Este relato va dirigido a todos los creyentes, y su mensaje central es el amor redentor de Dios manifestado en la entrega total de su Hijo. 🕊️ Este Evangelio es una cumbre del amor de Dios. Jesús no es víctima pasiva: Él entrega su vida libremente, por amor. Su pasión comienza con un acto de comunión: la Eucaristía. Luego, enfrenta la traición, el abandono, la injusticia, la humillación… y aún así perdona, consuela y ama hasta el final. Pedro, que prometió fidelidad, cae. Judas, que compartió la mesa, lo traiciona. El pueblo elige liberar a Barrabás. Y en medio de todo, Jesús calla, ora, sufre y ama. El ladrón crucificado a su lado se convierte y recibe la promesa del paraíso. María, su Madre, permanece firme. El mensaje es claro: no hay cruz sin redención, ni muerte sin resurrección. Este relato nos muestra que Dios no nos abandona en el sufrimiento, sino que lo asume y lo transforma en victoria.
❤️ – Oración personal Señor Jesús, me conmueve tu entrega. No puedo evitar pensar cuántas veces te he negado como Pedro, o te he traicionado con indiferencias. Y aun así, Tú me miras con amor. Hoy quiero decirte: "Acuérdate de mí cuando vengas con tu Reino". Dame tu misericordia. Hazme fiel, incluso en la oscuridad. Que no huya de la cruz, que no tema al dolor si Tú estás conmigo. Gracias por no bajarte de la cruz, por amar hasta el extremo. Hoy te pido que me enseñes a amar así. Amén.
🌟 Silencio… Cierra los ojos. Respira profundamente. Hazte presente al pie de la cruz. Estás allí. Lo ves. Miras a Jesús colgado entre el cielo y la tierra. Su cuerpo traspasado. Sus labios resecos. Su mirada… todavía llena de amor. No hay reproche. No hay condena. Solo una súplica silenciosa que atraviesa tu alma: "¿Harás algo con este amor que te entrego?" Contempla sus manos clavadas, que tantas veces sanaron. Contempla sus pies inmóviles, que recorrieron pueblos para buscar a los perdidos. Contempla su costado abierto, de donde brota la fuente de la vida. No digas nada. No expliques nada. Solo permanece. Este es el lugar más santo de la historia. Aquí se consuma la salvación. Aquí nace la Iglesia. Aquí se revela cuánto vales. Deja que tu corazón se rompa con el Suyo. Deja que tu vida se derrame en silencio, como la Suya. Y en ese silencio… en medio del dolor… sabes que estás siendo amado hasta el extremo. Permanece un poco más. Deja que este amor lo transforme todo en ti.
📝 Paso 5: COMPROMISO Hoy, en memoria de la pasión del Señor: Haré una obra de misericordia concreta: visitar a un enfermo, perdonar a alguien, dar limosna con amor. Participaré en la misa con un corazón renovado, reconociendo el valor infinito de la Eucaristía. Me confesaré si tengo pecado grave y pediré al Señor que me ayude a vivir como verdadero testigo de su amor crucificado.
🙌 Por los que sufren soledad, enfermedad o dolor: que encuentren consuelo en la cruz de Cristo. Por los que han perdido la fe: que el amor de Jesús crucificado los atraiga de nuevo. Por nuestra comunidad: que vivamos esta Semana Santa con profundidad y conversión. Por los líderes de la Iglesia: que sean reflejo del servicio humilde de Cristo. Por los enemigos, los que nos han herido: que aprendamos a perdonar como Jesús perdonó.
✨ Gracias, Señor Jesús, por tu entrega total. Gracias por tu cuerpo partido, tu sangre derramada, tu silencio de amor. Gracias por cargar nuestros pecados, nuestras culpas, nuestras heridas. Hoy te digo: ¡gracias por amarme hasta el extremo! Padre Nuestro… 🌹 Consagración final a la Virgen María Madre dolorosa, tú que estuviste firme al pie de la cruz, enséñame a amar a tu Hijo con fidelidad. Consagro mi vida, mi dolor, mi oración, y mi esperanza a tu corazón maternal. Dios te salve, María…
Texto: Pasión según San Lucas Tema central: La pasión de Cristo como revelación de la misericordia, obediencia y realeza del Mesías sufriente. 📌 1. Estructura Literaria del Relato El relato lucano se divide en cinco grandes bloques narrativos: Institución de la Eucaristía (22,14-23) Discurso sobre el liderazgo y la negación de Pedro (22,24-38) Oración en Getsemaní y arresto (22,39-53) Proceso ante el Sanedrín, Pilato y Herodes (22,54–23,25) Camino al Calvario, crucifixión, muerte y sepultura (23,26-56) Lucas reorganiza algunas escenas y añade elementos propios que reflejan su teología: presenta una pasión más serena, orante y misericordiosa que la de Marcos y Mateo. 📖 2. Exégesis de elementos clave ✝️ 22,14-20 – Institución de la Eucaristía Lucas une los relatos del pan y del cáliz con una teología de “memorial” (ἀνάμνησις – anamnesis) que resalta el vínculo con el Éxodo. Jesús aparece como el nuevo Moisés que inaugura la “nueva alianza” (22,20), citando a Jeremías 31,31. La doble mención del cáliz (vv.17 y 20) refuerza la entrega voluntaria. Teología Sacramental: Aquí nace la Eucaristía como actualización del sacrificio de la cruz. La fórmula "por vosotros" remite al lenguaje cultual de expiación (cf. Is 53,12). ⚔️ 22,39-46 – Oración en el Huerto Sólo Lucas narra que Jesús suda como “gotas de sangre” (v.44), una hipérbole que expresa angustia extrema, y además Jesús se dirige a Dios como "Padre", revelando su intimidad. Su oración ("que no se haga mi voluntad, sino la tuya") expresa obediencia perfecta, cumpliendo Filipenses 2,8. Cristología: Jesús no es un mártir pasivo, sino el Hijo que elige obedecer en medio de la lucha interior. El ángel que lo conforta remite a su carácter escatológico y mesiánico. 🧵 22,47-53 – Arresto de Jesús Lucas omite el nombre de Malco (como en Juan) y la amonestación a Pedro (“guarda tu espada”) para mostrar a Jesús como Señor de la historia, sereno, que sana al herido aun en su arresto (22,51). Teología lucana: El rechazo de la violencia y el dominio de la situación por parte de Jesús son coherentes con su mensaje de paz y misericordia. 🐓 22,54-62 – Negación de Pedro El detalle de la mirada de Jesús (22,61) es propio de Lucas y profundamente simbólico. No lo reprende, solo lo mira con amor. Pedro, tocado por esta misericordia, llora amargamente. Eclesiología: Lucas destaca la caída del primer apóstol, pero también su conversión. El líder eclesial es frágil, pero redimido por la mirada del Maestro. 👑 23,1-25 – Proceso ante Pilato y Herodes Lucas resalta la inocencia de Jesús: Pilato lo declara inocente tres veces (23,4.14.22), Herodes lo ridiculiza pero no lo condena. Esto subraya que el justo sufre injustamente. Cristo Rey y Siervo: Aunque es burlado, Jesús aparece como el Rey de los pobres. Su Reino no es de violencia, sino de misericordia. 🩸 23,26-43 – Crucifixión Jesús consuela a las mujeres de Jerusalén (solo en Lucas), mostrando su compasión aún en el camino al Calvario. En la cruz, perdona a sus verdugos (23,34) y promete el Paraíso al ladrón arrepentido (23,43). Misericordia crucificada: Lucas muestra a Cristo como el Mesías que muere perdonando y salvando, cumpliendo Isaías 53. El “hoy estarás conmigo” expresa la inmediatez del Reino para quien se abre a la gracia. 🌒 23,44-56 – Muerte y sepultura Jesús muere diciendo: “Padre, en tus manos encomiendo mi espíritu” (Salmo 31,6), mostrando confianza total. El centurión declara su inocencia, y muchas mujeres testigos se convierten en primeras testigos de la resurrección. Tipología del Siervo de Yahvé: Jesús muere como el justo inocente, confiando, perdonando, amando. Su muerte no es fracaso, sino glorificación. 📚 3. Teología Lucana de la Pasión Jesús como Profeta-Mesías: Fiel hasta el final, Jesús es el cumplimiento del Siervo de Isaías (cf. Is 53), el nuevo Moisés, el Hijo amado. Misericordia radical: La pasión no es tragedia sino epifanía del amor incondicional. Eucaristía y Cruz unidas: Lucas presenta la Cena como el inicio de la entrega total de Cristo. Espíritu de oración: Jesús ora antes, durante y al final de su pasión. Esta espiritualidad lo sostiene. Realeza paradójica: Jesús es Rey desde la cruz. No con poder político, sino con poder redentor. 🕊️ 4. Aplicación espiritual contemporánea La Eucaristía es memorial de amor extremo: cada misa nos sitúa en el Calvario. La misericordia es más poderosa que la traición: Judas traiciona, Pedro niega, el pueblo huye… Jesús perdona. La cruz es lugar de revelación: el criminal arrepentido reconoce a Jesús como Rey. ¿Y tú? Contempla la pasión con el corazón, no solo con los ojos: deja que el Evangelio transforme tu vida desde dentro.