📅 02/03/2025
Lucas 6, 39-45
"Cuando falte fuerza, fe o esperanza, este Evangelio nos llama a revisar el corazón. Pide a Dios limpiar tu interior para que, aún en medio de la dificultad, broten palabras, actos y pensamientos que sanen y den vida."
🌼Respira hondo… Permite que cada inhalación lleve paz a tu alma y cada exhalación libere tus preocupaciones. Imagina cómo, al ritmo pausado de tu respiración, tu corazón se abre, dejando espacio para que Dios habite en él. En este momento, suelta el bullicio del mundo y deja que tu interior se serene para acoger la Palabra viva que transforma.
✨ "Yo Soy la Fuente inagotable de amor que desea colmarte. Ven a Mí sin reservas, con el alma desnuda y confiada, porque cuanto más sencillo seas, más plenamente me derramaré en tu corazón." Abrámonos con humildad a esta Fuente que nos dispone para recibir la Palabra que hoy nos quiere hablar.
🙏 Santísima Trinidad, misterio de amor perfecto, hoy me pongo en tu presencia. Dispón mi mente para comprender tu verdad, mi corazón para abrazar tu voluntad y mi espíritu para descansar en tu paz. Que esta Lectio Divina sea encuentro profundo contigo, Padre Creador, Hijo Redentor y Espíritu Consolador. Amén.
📖 Evangelio según San Lucas 6, 39-45 Jesús les dijo una parábola: «¿Acaso puede un ciego guiar a otro ciego? ¿No caerán los dos en un hoyo? El discípulo no es más que su maestro, pero cuando termine su aprendizaje, será como su maestro. ¿Por qué miras la paja que hay en el ojo de tu hermano y no reparas en la viga que llevas en el tuyo? ¿Cómo puedes decir a tu hermano: "Hermano, deja que saque la paja de tu ojo", ¿sin fijarte en la viga que llevas en el tuyo? ¡Hipócrita! Saca primero la viga de tu ojo y entonces verás claro para sacar la paja del ojo de tu hermano. No hay árbol bueno que dé fruto malo, ni árbol malo que dé fruto bueno. Cada árbol se conoce por su fruto: no se recogen higos de las zarzas ni se cosechan uvas de los espinos. El hombre bueno, del buen tesoro de su corazón saca lo bueno; y el malo, de su mal saca lo malo; porque de lo que rebosa el corazón habla la boca.»
¿Qué dice el texto? En este pasaje, Jesús nos recuerda la importancia de revisar nuestro interior antes de señalar al otro. Nos invita a la coherencia de vida, donde lo que decimos y hacemos refleje la bondad que brota de un corazón transformado por Dios. Jesús utiliza imágenes poderosas: el ciego que guía a otro ciego, la paja y la viga, el árbol y su fruto. Nos advierte del peligro de la hipocresía espiritual: juzgar a los demás sin examinar primero nuestra propia vida. Según el Catecismo de la Iglesia Católica (n. 2478), "el deber de interpretar en sentido favorable los pensamientos, palabras y acciones del prójimo" nos llama a una actitud misericordiosa y prudente. 🕊️ El texto nos exhorta a revisar qué hay en nuestro corazón, pues de su abundancia brotan nuestras palabras y obras. La enseñanza de Jesús no solo nos pide reconocer nuestras faltas, sino también cultivar lo bueno, siendo árboles que den frutos dulces de compasión, paz y verdad. El Magisterio nos recuerda en Verbum Domini (n. 83) que la Palabra de Dios tiene fuerza para purificar nuestro interior, llevarnos a la conversión y hacernos testigos creíbles del Evangelio. Hoy, la invitación es clara: antes de mirar afuera, miremos dentro, y dejemos que la Palabra limpie y sane lo que obstaculiza el amor.
¿Qué me dice Dios en su Palabra? Me llama a un cambio profundo. A dejar de buscar las fallas ajenas y empezar a transformar mi corazón. ❤️ ¿Qué le digo a Dios? Señor Jesús, sé cuántas veces he apuntado con el dedo, criticado sin caridad y hablado sin amor. Hoy reconozco mi ceguera y te pido que seas Tú mi guía. Quita de mi alma todo aquello que me aleja de Ti y de los demás. Hazme árbol bueno que dé frutos buenos, que mis palabras y gestos revelen tu ternura. Enséñame a amar como Tú, con misericordia y verdad. Amén.
🕊️ Quédate en silencio... Imagina a Jesús mirándote con amor mientras te ayuda a quitar la viga de tu ojo. Deja que su mirada sane, que su presencia te envuelva, y simplemente permanece con Él, saboreando la paz de saberse perdonado y renovado.
📝 Hoy procuraré revisar mi corazón antes de emitir cualquier juicio sobre los demás. Buscaré, al menos una vez en el día, pronunciar palabras que edifiquen, animen y den vida.
🙌 1. Por la Iglesia, para que siempre ofrezca testimonio coherente de amor y misericordia. 2. Por quienes viven esclavos de la crítica y el juicio, para que encuentren libertad en la verdad de Cristo. 3. Por nuestras comunidades, para que seamos sembradores de paz y no de discordia. 4. Por cada uno de nosotros, para que sepamos reconocer nuestras faltas y crecer en humildad. 5. Por los más necesitados, para que encuentren consuelo y ayuda en los frutos de nuestro servicio
✨Gracias, Señor, por tu Palabra que ilumina, sana y transforma. Hoy me dejas claro que solo desde un corazón renovado puedo ser verdadero discípulo tuyo. Enséñame a vivir con sinceridad y a ser reflejo de tu amor. Confiados, elevamos juntos la oración que Tú nos enseñaste: Padre Nuestro… 🌹 Madre Santísima, Tú que siempre guardaste la Palabra en tu corazón, enséñanos a vivir con pureza y humildad. Consagro mi día a tu protección maternal. Dios te salve, María…
El Evangelio de hoy es una llamada urgente a la autenticidad. Jesús no condena la corrección fraterna, sino que señala la necesidad de hacerlo desde un corazón purificado. Nos recuerda que no podemos guiar a otros si nosotros mismos estamos cegados por nuestros errores. Los frutos buenos que menciona son la caridad, la paciencia, la humildad y la verdad. Estos no surgen de manera espontánea, sino como resultado de una vida que se deja transformar por el Espíritu Santo. La fe auténtica no es solo doctrinal, sino que se traduce en obras concretas y en una manera de vivir que edifica. En tiempos donde la crítica fácil abunda, este pasaje nos ofrece un camino contracultural: "mirarnos primero a nosotros mismos, sanar nuestras heridas y después, desde la compasión, acompañar a otros."