📅 13/06/2025
Mateo 5, 27-32
Jesús nos invita a purificar no solo nuestros actos, sino también las intenciones del corazón. Esta meditación ilumina el deseo de castidad y discernimiento, llamándonos a vivir en verdad y fidelidad interior. Su Palabra renueva el alma y fortalece la voluntad para vivir en santidad.
Haz una pausa. Respira profundamente. Permite que el silencio interior te envuelva. En este instante, deja atrás todo juicio, distracción o prisa. Dispón tu alma al encuentro con Dios, que te habla a través de su Palabra viva. Abre tu corazón al Espíritu Santo, quien quiere revelarte su voluntad amorosa.
Jesús profundiza en la Ley sobre el adulterio y el divorcio, centrando su enseñanza en el corazón.
"Yo soy el Esposo del alma. Quiero tu amor, entero y puro; no me basta un corazón dividido, tibio o vacilante." (Yo Soy – Concepción Cabrera de Armida)
Dios Padre, Hijo y Espíritu Santo, nos ponemos en tu presencia con humildad. Abre nuestros ojos para ver tu luz, nuestros oídos para escuchar tu voz, y nuestro corazón para recibir tu amor. Concédenos vivir con pureza, obediencia y confianza en tu voluntad. Guíanos por tu Palabra y transfórmanos según tu Verdad. Amén.
Evangelio según san Mateo 5, 27-32 (Biblia de Jerusalén): «Habéis oído que se dijo: No cometerás adulterio. Pero yo os digo que todo el que mira con deseo a una mujer ya cometió adulterio con ella en su corazón. Por tanto, si tu ojo derecho te es ocasión de tropiezo, sácatelo y arrójalo de ti; más te conviene que se pierda uno de tus miembros, que no que todo tu cuerpo sea arrojado a la Gehenna. Y si tu mano derecha te es ocasión de tropiezo, córtatela y arrójala de ti; te conviene que se pierda uno de tus miembros, antes que todo tu cuerpo vaya a la Gehenna. También se dijo: El que repudie a su mujer, que le dé acta de divorcio. Pero yo os digo que todo aquel que repudia a su mujer —excepto en caso de fornicación— la hace ser adúltera; y el que se case con una repudiada comete adulterio.»BIBLIA DE JERUSALEN CUA…
Parte del Sermón del Monte. Discurso sapiencial que revela la nueva justicia del Reino: interior, transformadora, superadora de la ley mosaica. Jesús trasciende el cumplimiento externo de la ley y penetra en la raíz del pecado: el corazón. La mirada deseosa ya es infidelidad, porque el adulterio inicia con el consentimiento interior. El Evangelio exige una pureza de intención, no solo de conducta. En un mundo que trivializa el cuerpo y la sexualidad, esta palabra es contracultural. Nos confronta, no para condenarnos, sino para sanarnos desde dentro. Como enseña el Catecismo (n. 2337), “la castidad significa la integración lograda de la sexualidad en la persona...”, un llamado a vivir con libertad interior y dominio propio. La advertencia radical sobre arrancarse el ojo o la mano no debe entenderse literalmente, sino como una invitación firme a cortar de raíz todo aquello que nos aleja de Dios. Además, la enseñanza sobre el divorcio remite al plan original del Creador (cf. Mt 19,6), subrayando que el amor matrimonial está llamado a ser fiel, total e irrevocable. ¿En qué aspectos debo vigilar mi corazón? ¿Qué pensamientos, hábitos o relaciones necesito cortar para vivir con pureza y verdad?
Señor Jesús, conoces mis luchas interiores y los deseos que a veces desordenan mi corazón. Te alabo porque tu Palabra me purifica. Te agradezco por mostrarme un camino de amor auténtico. Te pido valentía para renunciar a lo que me separa de Ti. Hoy te ofrezco mis ojos, mis manos y mi voluntad. Ayúdame a vivir en castidad, fidelidad y entrega sincera. Amén.
Permanece en silencio. Imagina el corazón de Jesús, puro y luminoso, acercándose al tuyo. Siente su mirada que no condena, sino que redime. Su voz suave dice: "Quiero habitar en ti con todo mi amor". Deja que esa luz penetre cada rincón de tu alma. No tengas miedo. Solo permanece.
Personal: Revisaré con sinceridad mis pensamientos y actitudes hacia los demás, especialmente en el ámbito de la pureza y la fidelidad interior. Familiar/Comunitario: Dialogaré con mi pareja o familia sobre el valor del amor verdadero, la fidelidad y el respeto mutuo. Examen de conciencia: ¿He sido fiel no solo en acciones, sino en mi corazón? ¿Permito que el deseo desordenado gobierne mis decisiones? ¿Vivo con integridad?
Por los matrimonios en crisis, para que el amor fiel y el perdón prevalezcan. Por quienes luchan con la castidad, que encuentren apoyo y libertad en Cristo. Por los jóvenes, para que descubran el valor de un amor puro y comprometido. Por las víctimas de infidelidad, que el Señor sane sus heridas. Por nosotros, para que purifiquemos nuestro corazón y vivamos con rectitud.
Gracias, Señor, por iluminarme con tu Palabra. Me consagro hoy a tu Corazón puro. Padre Nuestro… Virgen María, Madre de Pureza, intercede por mí. A Ti me consagro, Reina del Amor fiel. Dios te salve, María…