Lectio Divina Juan 8, 51-59

📅 10/04/2025

📜 Evangelio del Día

Juan 8, 51-59

✨ Motivación

🔹 ¿Has sentido miedo a la muerte o inseguridad sobre tu destino eterno? Jesús hoy nos promete algo inmenso: si guardamos su Palabra, jamás veremos la muerte. Esta oración te abrirá al don de la vida eterna y al poder del "Yo Soy".

📖 Introducción

🌼 Haz una pausa. Respira profundo tres veces. Deja que el ritmo de tu respiración lleve la paz al corazón. Apaga el ruido interior. Entra al silencio. En este momento, solo importa Jesús, su Palabra, su amor.

📝 Descripción

🕊️ Jesús promete vida eterna a quien guarda su Palabra y revela su divinidad.

💬 Cita Yo Soy

✨ Fragmento inspirador de "Yo Soy" – Concepción Cabrera de Armida “Soy el Verbo eterno que habla al corazón en silencio. Mi Palabra es vida, y quien la guarda no muere jamás. Ámame desde lo profundo y verás que la muerte no es el fin, sino el principio de la vida verdadera.”

🙏 Oración Inicial

🙏 Padre amado, Hijo redentor, Espíritu santificador: hoy me acerco a tu presencia con el deseo de escucharte. Abre mi mente, toca mi alma, ilumina mi corazón. Que esta Lectio Divina sea un verdadero encuentro con tu Palabra viva. Amén.

📖 Lectio

📖 📜 Evangelio según san Juan 8, 51-59 – Biblia de Jerusalén 51 En verdad, en verdad os digo: si alguno guarda mi Palabra, no verá la muerte jamás. 52 Le dijeron los judíos: «Ahora estamos seguros de que estás endemoniado. Abrahán murió, también los profetas, y tú dices: ‘Si alguno guarda mi palabra, no probará la muerte jamás.’ 53 ¿Eres tú acaso más grande que nuestro padre Abrahán, el cual murió? También los profetas murieron. ¿Por quién te tienes?» 54 Jesús respondió: «Si yo me glorifico a mí mismo, mi gloria no vale nada. Mi Padre es el que me glorifica, el que vosotros decís que es vuestro Dios. 55 Y no le conocéis; yo le conozco, y si dijera: ‘No le conozco,’ sería mentiroso como vosotros; pero yo le conozco y guardo su Palabra. 56 Abrahán, vuestro padre, se regocijó pensando ver mi Día; lo vio y se alegró.» 57 Entonces los judíos le dijeron: «¿Aún no tienes cincuenta años y has visto a Abrahán?» 58 Jesús les respondió: «En verdad, en verdad os digo: antes que Abrahán existiera, Yo Soy.» 59 Entonces tomaron piedras para arrojárselas; pero Jesús se ocultó y salió del Templo​

🧘 Meditatio

🕊️ Jesús habla a los fariseos que cuestionan su autoridad. Él revela que su Palabra da vida eterna, y proclama una verdad impactante: su existencia es anterior a Abrahán. Al decir “Yo Soy”, se identifica con el Nombre divino revelado a Moisés. 🕊️ Este Evangelio es una cumbre de la revelación de Jesús. En una conversación tensa con los líderes judíos, Él no solo afirma que su Palabra tiene poder sobre la muerte, sino que se revela con el Nombre Sagrado: “Yo Soy”. En la mentalidad judía, “ver la muerte” era sinónimo de condenación, de separación eterna de Dios. Jesús rompe esa percepción al anunciar que quien guarda su Palabra “no verá la muerte jamás”. No se refiere a la muerte física, sino a la definitiva. El que vive unido a Cristo trasciende la muerte y entra en la vida verdadera. Cuando Jesús declara “Antes que Abrahán existiera, Yo Soy”, no utiliza una forma gramatical común. Está usando la misma expresión que Dios le dijo a Moisés en el Éxodo: “Yo Soy el que Soy” (Ex 3,14). Esto es una afirmación clara de su divinidad. El Magisterio enseña que Jesús es “el Alfa y la Omega, el principio y el fin” (Ap 1,8). Él no solo vino a traernos la Palabra de Dios: Él es la Palabra. Por eso, guardar su Palabra es guardar la vida, la eternidad, la paz que no termina.

🙌 Oratio

❤️ – Oración personal Señor Jesús, tu Palabra hoy me conmueve profundamente. Me dices que si la guardo, no moriré jamás. ¿Cómo no amarte, si solo Tú tienes palabras de vida eterna? Perdona las veces que he dudado de tu poder, de tu amor, de tu eternidad. A veces mi fe es tan frágil, tan temerosa... Pero hoy quiero aferrarme a Ti, al "Yo Soy" que no cambia, que no abandona. Ayúdame a escuchar tu Palabra con fe viva, a obedecerla con humildad, a anunciarla con valentía. Tú eres el eterno, el Hijo de Dios, el que estaba antes de todo. Te reconozco, te adoro, y te entrego mi vida sin reservas.

🕊️ Contemplatio

🌟 – Contemplación Guarda silencio. Respira profundo. Repite en tu interior las palabras de Jesús: “Antes que Abrahán existiera, Yo Soy.” Deja que estas palabras resuenen en tu corazón como un eco de eternidad. Adora en silencio. Deja que Jesús sea tu todo.

🤝 Compromiso

📝 – Acción concreta del día Hoy me comprometo a vivir con la conciencia de que Cristo es eterno y está presente en mi vida. Por eso: Escucharé su Palabra con reverencia y la aplicaré en una situación concreta. Visitaré un sagrario si es posible, o haré una oración profunda ante una cruz. Renunciaré a un pensamiento de miedo o desesperanza y lo reemplazaré por la afirmación: “Jesús es mi vida eterna”. Compartiré esta promesa con alguien que tenga miedo a la muerte o al futuro.

📢 Peticiones

🙌 Señor, que tu Palabra sea luz en nuestros miedos y consuelo en nuestras noches oscuras. Jesús, “Yo Soy”, fortalece a los que viven con temor a la muerte o la enfermedad. Padre, da fe viva a quienes dudan de tu presencia en sus sufrimientos. Espíritu Santo, ayúdanos a reconocer a Cristo en medio de la incomprensión y el rechazo. Por nuestras familias, que crezcan en la esperanza de la vida eterna.

🛐 Oración de Consagración

✨ Gracias, Jesús, por revelarme que eres el “Yo Soy”, el Dios vivo que me ama. Gracias por tu Palabra, por prometerme vida sin fin, por ser la Verdad que me da libertad. Te entrego mi fe, mi esperanza y mi corazón. Padre Nuestro, que estás en el cielo… 🌹 Consagración final a la Virgen María Madre Santísima, Virgen del Silencio, enséñame a guardar la Palabra en mi corazón como tú. Ayúdame a confiar en Jesús, incluso cuando no lo entiendo. Bajo tu manto me consagro hoy. Dios te salve, María…

📖 Hermenéutica

Juan 8,51-59 es uno de los textos más densos en contenido teológico del cuarto evangelio. En él, Jesús no solo enseña, sino que se auto-revela como preexistente y consustancial con el Padre. Su afirmación “Yo Soy” (ἐγώ εἰμι) remite a la teofanía del Éxodo (Ex 3,14) y tiene un valor revelador. Esta autoidentificación es la causa inmediata del intento de lapidación, pues es entendida como blasfemia según el marco legal judío (Lv 24,16). Desde la perspectiva joánica, Jesús no es un simple maestro, sino el Logos eterno encarnado (Jn 1,1-14). Él no dice que fue antes de Abrahán, sino que es, afirmando una existencia eterna e independiente del tiempo. El Magisterio reconoce en este pasaje uno de los fundamentos para la doctrina de la divinidad de Cristo, como enseña el Concilio de Nicea (325): “Dios de Dios, Luz de Luz, Dios verdadero de Dios verdadero”. A través de este diálogo, Juan pone en evidencia la ceguera espiritual de sus interlocutores, que no pueden comprender una revelación que supera sus esquemas teológicos. Este pasaje interpela profundamente al lector de hoy: ¿estás dispuesto a creer que Jesús es verdaderamente Dios? ¿Estás listo para guardar su Palabra, incluso cuando el mundo te rechace?

🎥 Video Reflexión