Lectio Divina Lucas 7, 11-17

📅 16/09/2025

📜 Evangelio del Día

Lucas 7, 11-17

✨ Motivación

Jesús resucita al hijo de la viuda, mostrando que en la pérdida más dolorosa Él está presente como vida nueva. Si sientes tristeza por una ausencia, duelo o soledad, este momento de oración es consuelo que sana y esperanza que renueva. Su ternura rompe lágrimas y abre caminos de fe y confianza.

📖 Introducción

Antes de iniciar, siéntate con la espalda recta y toma tres respiraciones profundas, soltando lentamente cada preocupación. Dios está aquí, más cerca que tu propio latido, con mirada llena de amor hacia ti. No necesitas aparentar nada, ven como estás. Su Espíritu te recibe con paciencia y ternura. Deja que tu mente, tus sentidos y tu corazón se abran a este encuentro.

📝 Descripción

Jesús devuelve la vida y transforma lágrimas en esperanza, revelando su compasión en medio del dolor humano.

💬 Cita Yo Soy

Yo soy la Resurrección que vence tus muertes cotidianas. No temas tu fragilidad, yo camino contigo. Mi amor devuelve vida, aun en tus desiertos más secos.

🙏 Oración Inicial

En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo, Amén. Padre bueno, vengo con mis vacíos y cansancios. Necesito tu ternura en medio de mis luchas. Jesús, Hijo amado, Tú que lloraste con la viuda de Naín, entra también en mi historia y toca lo que en mí parece sin vida. Espíritu Santo, alienta mi fe y abre mis oídos para escuchar a Cristo con el corazón. Madre María, que guardabas cada gesto de tu Hijo, intercede por mí para acoger su compasión con confianza filial. Hoy quiero dejar que tu Palabra me sane, me consuele y me devuelva la esperanza.

📖 Lectio

En aquel tiempo, Jesús se dirigió a una ciudad llamada Naín, e iban con Él sus discípulos y una gran multitud. Cuando se acercaba a la puerta de la ciudad, llevaban a enterrar a un muerto, hijo único de su madre, que era viuda; y mucha gente del pueblo la acompañaba. Al verla, el Señor se compadeció de ella y le dijo: «No llores». Se acercó al ataúd, lo tocó (los que lo llevaban se detuvieron) y dijo: «Joven, a ti te lo digo, ¡levántate!». El muerto se incorporó y comenzó a hablar, y Jesús se lo entregó a su madre. Todos quedaron sobrecogidos de temor y glorificaban a Dios diciendo: «Un gran profeta ha surgido entre nosotros» y «Dios ha visitado a su pueblo». Y la fama de este hecho se divulgó por toda Judea y por toda la región circundante.

🧘 Meditatio

Este pasaje muestra a Jesús entrando en Naín, donde una viuda lleva a enterrar a su hijo único. En el contexto bíblico, la viudez significaba vulnerabilidad social extrema. Lucas resalta la compasión de Jesús: “se conmovió en sus entrañas”. El verbo griego splanchnízomai expresa una misericordia visceral. Jesús toca el féretro, gesto impuro según la Ley, y proclama: “Joven, a ti te digo, levántate”. Este relato es típico de los milagros de resurrección, evocando a Elías y Eliseo (1 Re 17; 2 Re 4), y revela que Jesús es el Señor de la vida. Este evangelio te habla a ti en tu dolor más íntimo. Tal vez llevas dentro pérdidas no resueltas, situaciones que parecen muertas: un sueño roto, una relación herida, la fe debilitada. Jesús se acerca, no como juez distante, sino como Amigo que se conmueve por tu sufrimiento. Tú puedes reconocerlo en cada lágrima que limpias, en cada duelo que atraviesas. Él te dice: “No llores”, no para negar tu dolor, sino para transformarlo. ¿En qué área de tu vida necesitas especialmente esta Palabra? Quizá en tu familia, en el trabajo, o en tu interior cansado. Jesús se atreve a tocar lo intocable de tu historia y a llamarlo a la vida. Esta Palabra toca tus miedos y esperanzas: ¿crees que Él puede resucitar lo que en ti parece perdido? El desafío es abrir espacio a su compasión. Hoy Dios te llama a crecer en confianza: dejar que su presencia transforme tu duelo en misión, tu herida en testimonio, tu silencio en alabanza. Él no solo devuelve la vida al joven, también devuelve esperanza a la madre. Así, Jesús quiere devolver luz a tu corazón y propósito a tu caminar.

🙌 Oratio

Señor Jesús, hoy me reconozco frágil y necesitado de tu compasión. A veces me cuesta aceptar las pérdidas, me rebelo ante lo que parece injusto o definitivo. Pero gracias porque no pasas de largo, sino que te detienes, me miras y me hablas con ternura. Te agradezco porque has llorado conmigo en mis duelos y porque siempre me devuelves razones para seguir. Te pido, Señor, que sanes en mí lo que está apagado, lo que parece muerto, y que me devuelvas un corazón capaz de esperar. Que tu Espíritu Santo me haga confiar en que siempre tienes la última palabra sobre mi historia. Te ofrezco mi tiempo, mis heridas, mis ilusiones, todo lo que soy, para que se convierta en testimonio de tu amor. Que, como la gente de Naín, yo también proclame: “Dios ha visitado a su pueblo”.

🕊️ Contemplatio

Imagínate en el cortejo fúnebre de Naín. Ve el rostro de la madre llorando, escucha los sollozos del pueblo. Ahora mira a Jesús que se acerca, toca el féretro y detiene la procesión. Siente el silencio que envuelve la escena. Escucha su voz firme: “Joven, a ti te digo, levántate”. Observa cómo el muchacho se incorpora y la madre lo recibe con lágrimas de alegría. Deja que su mirada de compasión te envuelva. No necesitas palabras. Permite que su amor abrace lo más herido de ti y te devuelva esperanza y vida nueva.

🤝 Compromiso

Gesto personal: Hoy llamaré o visitaré a una persona que sé que atraviesa duelo o soledad, para darle consuelo. Actitud familiar: En mi hogar practicaré la empatía escuchando con paciencia a quien comparta su cansancio o tristeza. Intención comunitaria: Me comprometo a apoyar a mi comunidad en alguna iniciativa concreta de ayuda a enfermos, viudas o necesitados. Examen nocturno: Al terminar el día me preguntaré: ¿Permití que la compasión de Jesús tocara mis heridas y las de los demás?

📢 Peticiones

Por la Iglesia y sus pastores, para que reflejen siempre la compasión de Cristo hacia los más débiles. Por los gobernantes, para que promuevan políticas que defiendan la vida y dignidad de los más vulnerables. Por quienes sufren duelos o pérdidas, para que encuentren consuelo en el amor de Dios. Por nuestra comunidad local, para que sepamos acompañarnos con cercanía y ternura en las pruebas. Por todos los que han perdido la esperanza, para que la voz de Jesús les devuelva ánimo y vida nueva.

🛐 Oración de Consagración

Señor Jesús, gracias porque tu compasión se hace vida en mi historia. Reconozco que sin ti nada puedo. Hoy quiero entregar mis heridas y mis esperanzas en tus manos. Te pido que me ayudes a vivir como hijo amado del Padre. Unidos, recemos el Padrenuestro, confiando en tu presencia constante. Madre María, bajo tu amparo me consagro. Enséñame a guardar en mi corazón las maravillas que Dios realiza y a ofrecerlas con humildad. Toma mi vida, mi familia y mis proyectos, y condúcenos siempre hacia Cristo. Confiados en tu ternura, te saludamos con un Avemaría llena de gratitud y amor. Amén.

📖 Hermenéutica

El relato de Lucas 7, 11-17 se sitúa en la etapa inicial del ministerio de Jesús en Galilea. Naín, una aldea poco conocida, se convierte en escenario de revelación. El género literario es un relato de milagro de resurrección, que evoca episodios proféticos de Elías y Eliseo. Para la comunidad lucana, este signo es clave: Jesús es presentado como Señor de la vida, con poder sobre la muerte. EXÉGESIS LINGÜÍSTICA Y SIMBÓLICA El verbo griego splanchnízomai (“conmovido en sus entrañas”) expresa compasión visceral, vinculada a las entrañas maternales. Este detalle resalta la humanidad y divinidad de Cristo. El contacto con el féretro, prohibido por la Ley, subraya que en Él la pureza vence la impureza. La orden: “Levántate” (egeíro) es la misma utilizada en relatos pascuales, anticipando la resurrección de Cristo. El joven representa la esperanza muerta de una madre viuda; su resurrección significa restauración social y espiritual. INTERPRETACIÓN PATRÍSTICA Y MAGISTERIAL San Ambrosio vio en la viuda a la Iglesia, que recibe de nuevo a sus hijos muertos por el pecado. San Agustín interpretó el milagro como signo del poder de Cristo para resucitar a los que viven en la desesperanza. El Magisterio recuerda, en Dei Verbum (21), que la Palabra de Dios es vida y alimento para la Iglesia. Benedicto XVI en Verbum Domini destaca que los milagros de Jesús son signos que revelan su identidad y llaman a la fe. Litúrgicamente, este texto suele leerse en memoria de la Virgen Dolorosa, subrayando la compasión de María unida a la de su Hijo. APLICACIÓN PASTORAL CONTEMPORÁNEA Hoy este texto ilumina las realidades de duelo, soledad y desesperanza. Muchos viven “procesiones de muerte”: violencia, adicciones, rupturas familiares, enfermedades. La Palabra anuncia que Cristo se detiene, mira y actúa con compasión. Para los jóvenes, el pasaje recuerda que su vida tiene valor y esperanza. Para los ancianos y enfermos, proclama que Jesús no abandona. En la familia, invita a sostener a quienes atraviesan pérdidas. Pastoralmente, desafía a la Iglesia a ser signo de resurrección en contextos de muerte: defender la vida, acompañar a los dolientes, anunciar esperanza en Cristo Resucitado. Este evangelio nos llama a transformar la compasión en acción concreta, haciendo visible que “Dios ha visitado a su pueblo”.

🎥 Video Reflexión