Los Libros Históricos
El Drama de Dios en la Historia Humana
– Isaías 43,18-19
Línea de Tiempo Histórica
Un recorrido por los grandes períodos que marcaron la historia del pueblo de Dios
Los 16 Libros Históricos
Cada libro narra una etapa crucial en la historia del pueblo elegido
Tema Central:
La fidelidad de Dios a sus promesas y la importancia de la obediencia a la Ley
– Josué 4,22
Tema Central:
El ciclo repetitivo de infidelidad, castigo, clamor y liberación
– Jueces 21,25
Tema Central:
La apertura a los extranjeros y la providencia divina en lo cotidiano
– Rut 1,16
Tema Central:
La transición de los jueces a la monarquía con Samuel, Saúl y David
– 1 Samuel 16,1
Tema Central:
La historia desde Salomón hasta la caída de Jerusalén y el exilio
– 1 Reyes 6,14
Tema Central:
Reinterpretación de la historia centrada en el templo y el culto
– 1 Crónicas 29,11
Tema Central:
El retorno del exilio y la reconstrucción del templo y la comunidad
– Esdras 7,6
Tema Central:
La restauración de las murallas y la renovación de la Alianza
– Nehemías 2,17
Tema Central:
La providencia divina y la fidelidad familiar durante el destierro
– Tobías 13,1
Tema Central:
El poder de Dios manifestado a través de una mujer valiente
– Judit 16,5
Tema Central:
La protección divina del pueblo judío en tierra extranjera
– Ester 4,14
Tema Central:
La revuelta contra la helenización forzada y el martirio por la fe
– 2 Macabeos 7,2
Grandes Protagonistas
Figuras que marcaron la historia del pueblo elegido
Grandes Temas Históricos
Descubre tu Lugar en la Historia
Entra en el gran drama de salvación que continúa hoy
Medita las Piedras del MemorialEl Drama de Dios en la Historia Humana

“Así dice el Señor, que abre camino en el mar y senda en las aguas impetuosas, […] No recordéis lo de antaño, no penséis en lo antiguo; mirad que realizo algo nuevo; ya está brotando, ¿no lo notáis?” (Isaías 43,16.18-19)
Introducción: Historia Sagrada, No Solo Crónica
Los Libros Históricos del Antiguo Testamento no son simplemente registros de acontecimientos pasados. Son la narración de la acción de Dios en la historia humana, el testimonio de su fidelidad a pesar de nuestras infidelidades, y la crónica de cómo el Creador del universo ha elegido entrelazar su historia con la nuestra.
Estos libros nos revelan una verdad fundamental: Dios no es una idea abstracta o un concepto filosófico, sino un Ser vivo que actúa en la historia concreta de los pueblos y las personas. A través de victorias y derrotas, exilios y retornos, reyes fieles e infieles, estos textos nos muestran el drama de la salvación desplegándose en el escenario del tiempo humano.
En este viaje por los Libros Históricos, descubriremos cómo la Palabra de Dios sigue viva y actual, interpelando nuestra propia historia personal y comunitaria. Te invito a explorar estas narraciones milenarias que, lejos de ser reliquias polvorientas del pasado, son faros que iluminan nuestro presente y nuestro futuro.
¿Cuáles son los Libros Históricos del Antiguo Testamento?
En la Biblia católica, los Libros Históricos del Antiguo Testamento abarcan un extenso periodo que va desde la entrada del pueblo de Israel en la Tierra Prometida hasta la revuelta de los Macabeos, poco antes del nacimiento de Cristo. Estos libros son:
- Josué: La conquista de la Tierra Prometida
- Jueces: El tiempo de los caudillos de Israel
- Rut: Una historia de fidelidad en tiempos difíciles
- 1 y 2 Samuel: El surgimiento de la monarquía en Israel (Saúl y David)
- 1 y 2 Reyes: La historia de los reinos de Israel y Judá hasta el exilio
- 1 y 2 Crónicas: Una relectura teológica de la historia de Israel
- Esdras y Nehemías: La reconstrucción después del exilio
- Tobías: Una historia de fidelidad familiar durante el exilio
- Judit: El valor de una mujer que salva a su pueblo
- Ester: La providencia divina que protege a los judíos en tierra extranjera
- 1 y 2 Macabeos: La resistencia frente a la helenización forzada

Contexto Histórico: Un Mapa para No Perderse
Para comprender mejor estos libros, es útil situarlos en su contexto histórico. Podemos dividir esta larga historia en varias etapas clave:
1. La Conquista y el Tiempo de los Jueces (ca. 1200-1030 a.C.)
En este periodo, narrado en los libros de Josué y Jueces, las tribus de Israel conquistan parcialmente la Tierra Prometida y se establecen en ella. No existe un poder central, sino que en momentos de crisis surgen líderes carismáticos (los “jueces”) que liberan al pueblo de sus opresores.
2. La Monarquía Unida (ca. 1030-930 a.C.)
Saúl, David y Salomón gobiernan sucesivamente sobre un reino unificado. Es una época de esplendor, especialmente bajo David y Salomón, con la construcción del Templo de Jerusalén como momento culminante. Estos acontecimientos son narrados en 1-2 Samuel y los primeros capítulos de 1 Reyes.
3. Los Reinos Divididos (ca. 930-722/586 a.C.)
Tras la muerte de Salomón, el reino se divide en dos:
- El Reino del Norte (Israel), con capital en Samaria, que será conquistado por Asiria en 722 a.C.
- El Reino del Sur (Judá), con capital en Jerusalén, que sobrevivirá hasta la conquista babilónica en 586 a.C.
Esta turbulenta historia es narrada en 1-2 Reyes y retomada con otra perspectiva en 1-2 Crónicas.
4. El Exilio y el Retorno (586-538 a.C. y siguientes)
La destrucción de Jerusalén y la deportación a Babilonia marcan un punto de inflexión en la historia y la teología de Israel. El posterior retorno tras el edicto de Ciro (538 a.C.) y la reconstrucción de Jerusalén son narrados en Esdras y Nehemías. Los libros de Tobías, Judit y Ester se sitúan en este contexto de diáspora y reconstrucción.
5. La Época Helenística (333-63 a.C.)
Tras las conquistas de Alejandro Magno, la cultura griega penetra en toda la región. Bajo el dominio seléucida, se produce un intento de helenización forzada que provoca la revuelta de los Macabeos (167-164 a.C.), narrada en los libros que llevan su nombre.
Claves de Lectura: Más Allá de la Superficie
Para apreciar la profundidad de estos textos, conviene tener en cuenta algunas claves de lectura:
1. Historia Interpretada Teológicamente
Estos libros no pretenden ser crónicas “objetivas” en el sentido moderno, sino interpretaciones teológicas de la historia. Su propósito no es simplemente informar sobre hechos pasados, sino ayudar al pueblo a descubrir el sentido de su historia y la presencia de Dios en ella.
Como señala la Constitución Dei Verbum del Concilio Vaticano II: “Para descubrir la intención de los hagiógrafos, entre otras cosas hay que atender a los géneros literarios” (DV 12). En estos libros encontramos una mezcla de género histórico, tradiciones populares, relatos edificantes y reflexión teológica.
2. La Alianza como Clave Hermenéutica
El gran marco interpretativo de estos libros es la Alianza entre Dios y su pueblo. Las vicisitudes históricas se leen en clave de fidelidad o infidelidad a esta Alianza:
- Los periodos de prosperidad y paz se atribuyen a la fidelidad a la Alianza.
- Las derrotas, invasiones y el exilio se interpretan como consecuencias de la infidelidad.
- La restauración se presenta como fruto de la misericordia divina y del arrepentimiento del pueblo.
3. Relecturas y Distintas Perspectivas
Es fascinante observar cómo algunos acontecimientos son narrados desde distintas perspectivas. Por ejemplo:
- La monarquía es presentada más positivamente en 1-2 Crónicas que en 1-2 Reyes.
- La figura de David aparece más idealizada en 1-2 Crónicas, mientras que 1-2 Samuel muestra también sus debilidades.
Estas diferentes perspectivas nos enseñan que la historia puede ser leída e interpretada de diversas maneras, y que todas las épocas necesitan releer su pasado a la luz de nuevas circunstancias y desafíos.
Un Recorrido por los Libros Históricos
Josué: La Conquista de la Tierra Prometida
El libro de Josué narra la entrada del pueblo de Israel en la Tierra Prometida tras la muerte de Moisés. Bajo el liderazgo de Josué, sucesor de Moisés, el pueblo cruza el Jordán, conquista Jericó y otras ciudades, y comienza a establecerse en la tierra.
Temas clave:
- La fidelidad de Dios a sus promesas
- La importancia de la obediencia a la Ley
- La necesidad de mantener la identidad de Israel frente a los pueblos cananeos
Pasaje destacado: El paso del Jordán (Jos 3-4), que evoca el paso del Mar Rojo durante el Éxodo y simboliza el paso de la muerte a la vida, anticipando el simbolismo bautismal.
Jueces: Ciclos de Infidelidad y Liberación
Este libro relata un periodo turbulento en el que Israel, careciendo de un poder central, cae repetidamente en la idolatría y sufre opresiones de los pueblos vecinos. Dios suscita entonces jueces (líderes carismáticos) que liberan al pueblo.
Temas clave:
- El ciclo repetitivo: infidelidad → castigo → clamor → liberación → paz temporal
- La fragilidad de la fe de Israel
- La paciencia y misericordia divinas
Personajes destacados: Débora, Gedeón, Sansón.
Rut: Una Historia de Fidelidad y Redención
Ambientada “en tiempos de los jueces”, esta preciosa historia narra cómo Rut, una moabita, se convierte en bisabuela del rey David. Es un relato de fidelidad, generosidad y redención.
Temas clave:
- La apertura a los extranjeros que aceptan al Dios de Israel
- La importancia de la solidaridad familiar
- La providencia divina que actúa en lo cotidiano
Pasaje destacado: La declaración de fidelidad de Rut a Noemí (Rut 1,16-17).
1 y 2 Samuel: El Nacimiento de la Monarquía
Estos libros narran la transición de Israel de una confederación tribal a una monarquía, centrándose en tres figuras clave: Samuel (el último juez), Saúl (el primer rey) y David (el rey según el corazón de Dios).
Temas clave:
- La tensión entre el ideal teocrático y la realidad monárquica
- La relación entre poder político y religioso
- La elección divina que no siempre corresponde a las expectativas humanas
Pasajes destacados: El llamado de Samuel (1 Sam 3), la unción de David (1 Sam 16), la promesa dinástica a David (2 Sam 7).
1 y 2 Reyes: De la Gloria al Exilio
Estos libros abarcan la historia desde el reinado de Salomón hasta la caída de Jerusalén y el exilio babilónico. Narran la división del reino, el paulatino deterioro religioso y político, y finalmente la catástrofe nacional.
Temas clave:
- La evaluación religiosa de cada rey según su fidelidad a la Alianza
- El papel crucial de los profetas como críticos del poder
- Las consecuencias de la idolatría a nivel nacional
Personajes destacados: Salomón, Elías, Eliseo, Ezequías, Josías.
1 y 2 Crónicas: Una Relectura Post-exílica
Escritos después del exilio, estos libros reinterpretan la historia de Israel centrándose en el reino de Judá, el templo y el culto. Presentan una visión más idealizada de David y Salomón.
Temas clave:
- La importancia del culto y el templo
- La continuidad del proyecto davídico
- La esperanza de restauración tras el desastre del exilio
Pasaje destacado: La oración de Salomón en la dedicación del templo (2 Cron 6).
Esdras y Nehemías: La Reconstrucción
Estos libros narran el retorno de los exiliados a Jerusalén, la reconstrucción del templo y de las murallas de la ciudad, y la renovación de la Alianza en un contexto post-exílico.
Temas clave:
- La fidelidad de Dios que permite el retorno
- La importancia de la Ley como fuente de identidad
- Los desafíos de mantener la fe en un mundo cambiante
Pasaje destacado: La lectura solemne de la Ley por Esdras (Neh 8).
Tobías, Judit y Ester: Historias Edificantes
Estos tres libros presentan relatos edificantes ambientados en el tiempo del exilio o la diáspora. Muestran cómo Dios actúa a través de personas sencillas para salvar a su pueblo.
Temas clave:
- La providencia divina que actúa incluso en tierra extranjera
- La fidelidad a la Ley como fuente de salvación
- El papel decisivo de figuras aparentemente débiles (una mujer joven, un anciano ciego, una huérfana)
Pasajes destacados: El cántico de alabanza de Tobías (Tob 13), la decapitación de Holofernes por Judit (Jdt 13), la súplica de Ester al rey (Est 5).
1 y 2 Macabeos: Resistencia y Fidelidad
Estos libros narran la revuelta de los Macabeos contra el intento de helenización forzada impuesto por Antíoco IV Epífanes en el siglo II a.C.
Temas clave:
- La resistencia a la asimilación cultural y religiosa
- El martirio como testimonio de fidelidad
- La necesidad de adaptarse sin perder la identidad
Pasajes destacados: El martirio de Eleazar (2 Mac 6), el martirio de los siete hermanos y su madre (2 Mac 7).
El Mensaje para Hoy: Historia Antigua, Palabra Viva
¿Qué nos dicen hoy estos antiguos relatos? ¿Por qué seguimos leyéndolos y meditándolos? Porque en ellos encontramos verdades perennes sobre la relación entre Dios y la humanidad:
1. Dios Actúa en la Historia Concreta
El Dios de la Biblia no es un ser abstracto, sino que interviene en la historia humana con sus luces y sombras. Esto nos invita a descubrir su presencia en nuestra propia historia personal y comunitaria, incluso en los momentos oscuros.
Como afirma el Catecismo: “Dios se revela a Israel como Aquel que tiene un amor más fuerte que el de un padre o una madre por sus hijos o que el de un esposo por su esposa” (CIC 219).
2. La Fidelidad de Dios y la Fragilidad Humana
Un tema recurrente es el contraste entre la fidelidad inquebrantable de Dios y la fragilidad e infidelidad humanas. Esta tensión, que atraviesa toda la Biblia, nos interpela sobre nuestra propia fidelidad a la alianza bautismal.
3. El Sentido Providencial de la Historia
Estos libros nos enseñan a leer la historia desde una perspectiva de fe, descubriendo el hilo conductor de la acción divina incluso en los acontecimientos más dolorosos. El exilio, por ejemplo, se reinterpreta como una purificación que permite un nuevo comienzo.
4. La Importancia de la Memoria
La constante relectura del pasado que encontramos en estos libros nos muestra la importancia de la memoria como fuente de identidad y esperanza. Como pueblo de Dios, estamos llamados a mantener viva la memoria de sus intervenciones salvíficas.
5. La Historia como Espacio de Libertad y Responsabilidad
A diferencia de los mitos cíclicos de los pueblos vecinos, la visión bíblica presenta la historia como un drama de libertad y responsabilidad, donde las decisiones humanas tienen consecuencias reales, pero siempre dentro del marco más amplio del designio divino.
Cómo Leer los Libros Históricos
Para una lectura fructífera de estos textos, te ofrezco algunas sugerencias prácticas:
1. Contextualiza
Antes de leer un libro, sitúalo en su contexto histórico y literario. Las introducciones de las buenas ediciones de la Biblia pueden ser muy útiles para esto.
2. Discierne los Géneros Literarios
Recuerda que no todo debe tomarse literalmente. Distingue entre pasajes que pretenden narrar hechos históricos y aquellos que tienen un carácter más legendario o edificante.
3. Busca el Mensaje Teológico
Más allá de los detalles históricos, pregúntate: ¿Qué nos dice este pasaje sobre Dios, sobre el ser humano, sobre la relación entre ambos?
4. Establece Conexiones
Relaciona estos textos con otras partes de la Biblia, especialmente con el Nuevo Testamento. ¿Cómo se cumplen o reinterpretan estos acontecimientos a la luz de Cristo?
5. Actualiza
Finalmente, pregúntate: ¿Qué me dice este texto hoy? ¿Cómo ilumina mi propia historia personal y comunitaria?
Itinerarios de Lectura
Si quieres adentrarte en los Libros Históricos pero no sabes por dónde empezar, te propongo tres posibles itinerarios:
Itinerario 1: Las Grandes Figuras
Céntrate en las historias de los grandes personajes, que son más accesibles y narrativas:
- La historia de Rut (libro completo)
- La vocación de Samuel (1 Sam 1-3)
- David y Goliat (1 Sam 17)
- La historia de Elías (1 Re 17-19; 21; 2 Re 1-2)
- La historia de Tobías (libro completo)
- La historia de Ester (libro completo)
Itinerario 2: Los Grandes Temas
Sigue el desarrollo de algunos temas centrales:
- La conquista de la Tierra: Josué 1-6
- El surgimiento de la monarquía: 1 Samuel 8-10
- La promesa dinástica a David: 2 Samuel 7
- La construcción del Templo: 1 Reyes 6-8
- El exilio: 2 Reyes 24-25
- El retorno y la reconstrucción: Esdras 1-3, Nehemías 8
Itinerario 3: Cronológico Simplificado
Un recorrido simplificado por toda la historia:
- La entrada en la Tierra Prometida: Josué 1-6
- El tiempo de los Jueces: Jueces 2-4 (el ciclo de infidelidad y liberación)
- La transición a la monarquía: 1 Samuel 8-10
- El reinado de David: 2 Samuel 5-7
- La división del reino: 1 Reyes 12
- La caída de Israel y Judá: 2 Reyes 17; 24-25
- El exilio y el retorno: Esdras 1-2, Nehemías 8
- La resistencia macabea: 1 Macabeos 1-2
Conclusión: No Solo Historia, Sino Historia de Salvación
Los Libros Históricos del Antiguo Testamento son mucho más que crónicas de un pasado lejano. Son el testimonio de cómo Dios ha actuado en la historia humana, preparando el camino para la plenitud de la revelación en Jesucristo.
Al leerlos, somos invitados a entrar en este gran drama de salvación, a reconocernos como parte de esta historia que continúa hoy, y a descubrir en nuestra propia vida los mismos patrones de llamada, caída, conversión y redención que encontramos en el pueblo de Israel.
Como nos recuerda el Papa Francisco en la exhortación apostólica Evangelii Gaudium: “Toda la historia de Israel está llena de la experiencia de un Dios que se revela como liberador y salvador, que es capaz de ver la aflicción de su pueblo y bajar para librarlo” (EG 187).
Te invito a abrir estas páginas antiguas pero siempre nuevas, a dejarte interpelar por su mensaje, y a descubrir en ellas no solo la historia de un pueblo, sino tu propia historia de fe.
“Acuérdate de los días remotos, considera las épocas pasadas, pregunta a tu padre y te lo contará, a tus ancianos y te lo dirán” (Deuteronomio 32,7).
Recursos para Profundizar
- Para una visión general: J. L. Sicre, Introducción al Antiguo Testamento, Verbo Divino.
- Para un enfoque más espiritual: A. Chouraqui, La Biblia: Meditaciones sobre la historia sagrada, PPC.
- Para una contextualización histórica: J. Bright, La historia de Israel, Desclée de Brouwer.
- Para una lectura cristológica: J. Ratzinger/Benedicto XVI, Jesús de Nazaret, Encuentro.
Este artículo es solo una introducción a los Libros Históricos del Antiguo Testamento. Te invitamos a acercarte directamente a estos textos sagrados, a leerlos en actitud de oración y apertura, y a descubrir por ti mismo la riqueza inagotable de la Palabra de Dios.
Lectio Divina: El Memorial de las Piedras – Recordar para Creer
“Cuando el pueblo acabó de pasar el Jordán, el Señor dijo a Josué: «Elegid doce hombres del pueblo, uno de cada tribu, y mandadles: “Tomad de aquí, del medio del Jordán, del sitio donde han pisado los sacerdotes, doce piedras; pasadlas con vosotros y colocadlas en el sitio donde vais a acampar esta noche”». […] Josué erigió doce piedras en medio del Jordán, donde habían pisado los sacerdotes portadores del Arca de la Alianza; y hasta hoy permanecen allí. […] En el futuro, cuando tus hijos pregunten a su padre: “¿Qué significan estas piedras?”, les explicaréis: “Israel pasó el Jordán a pie enjuto”, porque el Señor, vuestro Dios, secó el Jordán ante vosotros hasta que pasasteis, como había hecho el Señor, vuestro Dios, con el mar Rojo, que lo secó ante nosotros hasta que pasamos. Para que todos los pueblos de la tierra reconozcan que la mano del Señor es fuerte, y para que vosotros temáis al Señor, vuestro Dios, perpetuamente.” (Josué 4,1-3.9.21-24)
Introducción
El pasaje que hemos seleccionado del libro de Josué describe uno de los momentos fundamentales en la historia del pueblo de Israel: el cruce del río Jordán y la entrada en la Tierra Prometida. Este acontecimiento marca la culminación del éxodo y el inicio de una nueva etapa en la relación entre Dios y su pueblo.
Lo que hace especialmente significativo este texto es la manera en que Dios manda a Josué construir un memorial con doce piedras para que las generaciones futuras recuerden este momento decisivo. Se trata de un pasaje que nos invita a reflexionar sobre la importancia de la memoria histórica en nuestra fe, el valor de los signos visibles y la pedagogía divina a través de los acontecimientos de la historia.
Antes de comenzar nuestra Lectio Divina, busquemos un lugar tranquilo, libre de distracciones. Podemos comenzar con una breve oración para disponernos interiormente:
“Señor, Dios de la historia, que has guiado a tu pueblo a través del desierto y has abierto camino en medio de las aguas, abre ahora nuestro corazón para que, a través de tu Palabra, podamos recordar y reconocer tus obras en nuestra vida. Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén.”
1. LECTIO (¿Qué dice el texto?)
Leamos nuevamente el pasaje, deteniéndonos en los detalles:
“Cuando el pueblo acabó de pasar el Jordán, el Señor dijo a Josué: «Elegid doce hombres del pueblo, uno de cada tribu, y mandadles: “Tomad de aquí, del medio del Jordán, del sitio donde han pisado los sacerdotes, doce piedras; pasadlas con vosotros y colocadlas en el sitio donde vais a acampar esta noche”». […] Josué erigió doce piedras en medio del Jordán, donde habían pisado los sacerdotes portadores del Arca de la Alianza; y hasta hoy permanecen allí. […] En el futuro, cuando tus hijos pregunten a su padre: “¿Qué significan estas piedras?”, les explicaréis: “Israel pasó el Jordán a pie enjuto”, porque el Señor, vuestro Dios, secó el Jordán ante vosotros hasta que pasasteis, como había hecho el Señor, vuestro Dios, con el mar Rojo, que lo secó ante nosotros hasta que pasamos. Para que todos los pueblos de la tierra reconozcan que la mano del Señor es fuerte, y para que vosotros temáis al Señor, vuestro Dios, perpetuamente.” (Josué 4,1-3.9.21-24)
En este pasaje podemos identificar varios elementos importantes:
- Un acontecimiento histórico decisivo: El cruce del Jordán marca el fin del éxodo y el inicio de la conquista de la Tierra Prometida.
- La acción divina: Dios seca las aguas del Jordán, repitiendo de alguna manera el milagro del Mar Rojo.
- Una orden del Señor: Dios mismo ordena crear un memorial con doce piedras.
- El simbolismo de las piedras: Doce piedras que representan a las doce tribus de Israel, formando un solo pueblo.
- La finalidad pedagógica: El memorial está pensado para suscitar preguntas en las generaciones futuras.
- La transmisión de la fe: Los padres deben explicar a sus hijos el significado del acontecimiento.
- La doble finalidad: Que los pueblos reconozcan el poder de Dios y que Israel mantenga vivo el temor del Señor.
Este pasaje se sitúa en el contexto más amplio de la tradición bíblica sobre los “memoriales”. En el Antiguo Testamento, Dios frecuentemente instruye a su pueblo para que establezca signos visibles que recuerden sus intervenciones salvíficas (la Pascua, el sábado, la circuncisión, etc.). Estos memoriales cumplen una función esencial: mantener viva la memoria de la acción de Dios en la historia, para que la fe se transmita de generación en generación.
2. MEDITATIO (¿Qué me dice el texto?)
Reflexionemos ahora sobre lo que este texto nos dice a nosotros hoy. Algunas preguntas pueden ayudarnos:
- La importancia de recordar: En nuestra cultura del olvido y la inmediatez, ¿qué valor doy a la memoria histórica de mi fe? ¿Recuerdo y medito en las grandes obras que Dios ha realizado por su pueblo a lo largo de la historia de la salvación?
- Los “jordanes” de mi vida: ¿Cuáles son los momentos decisivos en mi propia historia de fe, esos “pasos del Jordán” en los que he experimentado la acción salvífica de Dios? ¿He sabido reconocerlos y agradecerlos?
- Mis “memoriales de piedras”: ¿Qué signos o memoriales he establecido en mi vida para recordar el paso de Dios? Pueden ser objetos físicos, prácticas espirituales, celebraciones o aniversarios significativos.
- La transmisión de la fe: Como miembro del pueblo de Dios, ¿cómo participo en la transmisión de la fe a las nuevas generaciones? ¿Estoy preparado para responder cuando me preguntan: “¿Qué significan estas piedras?”?
- La acción visible de Dios: ¿Soy capaz de reconocer la mano de Dios en los acontecimientos de mi vida y de la historia? ¿Cómo interpreto los “milagros” cotidianos, esos momentos en que el Jordán se abre ante mí?
- El temor del Señor: ¿Vivo con ese “temor de Dios” que no es miedo, sino reverencia, admiración y reconocimiento de su grandeza? ¿Cómo se manifiesta esto en mis decisiones y en mi forma de vivir?
Este pasaje resuena profundamente con nuestra experiencia cristiana. El bautismo, por ejemplo, es nuestro “paso del Jordán”, el sacramento por el que entramos en la nueva tierra prometida que es la Iglesia. La Eucaristía es el gran “memorial” instituido por Cristo para que recordemos perpetuamente su obra salvífica. Y cada iglesia, con su pila bautismal y su altar, es como ese montón de doce piedras que pregunta a quien lo ve: “¿Sabes lo que sucedió aquí?”
3. ORATIO (¿Qué le digo a Dios?)
Ahora es el momento de responder a Dios, que nos ha hablado a través de su Palabra. Podemos expresarle nuestros sentimientos, peticiones, agradecimientos o compromisos. Aquí hay algunas sugerencias, pero lo importante es que nuestra oración sea personal y sincera:
“Señor, Dios de la historia, que has guiado a tu pueblo a través del desierto y has abierto camino en las aguas, te doy gracias por las veces que has secado los ‘jordanes’ en mi vida, permitiéndome pasar a una nueva etapa. Ayúdame a reconocer esos momentos de gracia y a recordarlos con gratitud.”
“Dios fiel, confieso que muchas veces he olvidado tus beneficios y he perdido la memoria de tus obras. Como el pueblo de Israel en el desierto, he murmurado contra ti sin recordar cómo me has alimentado y protegido. Renueva en mí la capacidad de agradecimiento.”
“Señor, te pido que me ayudes a ser un testigo fiel de tu acción en mi vida, que sepa responder a quienes me preguntan la razón de mi esperanza. Que pueda explicar a las nuevas generaciones el significado de las ‘piedras’ de nuestra fe: los sacramentos, las Escrituras, la tradición viva de la Iglesia.”
“Dios de la Alianza, te agradezco por los ‘memoriales’ que has establecido en la Iglesia, especialmente por la Eucaristía, memorial perpetuo de la muerte y resurrección de tu Hijo. Haz que al celebrarla, mi fe se renueve y mi vida se transforme.”
4. CONTEMPLATIO (Me dejo transformar)
En este momento, dejemos que la Palabra penetre profundamente en nuestro corazón, más allá de las reflexiones y las palabras. Podemos contemplar en silencio algunas imágenes del texto:
- El pueblo de Israel cruzando el Jordán a pie enjuto…
- Los sacerdotes con el Arca de la Alianza en medio del río…
- Los doce hombres recogiendo las piedras del lecho del río…
- El memorial de piedras levantado en Guilgal…
- Un padre explicando a su hijo el significado de ese monumento…
O simplemente repetir interiormente alguna frase del pasaje que nos haya impactado:
- “Israel pasó el Jordán a pie enjuto…”
- “En el futuro, cuando tus hijos pregunten…”
- “Para que todos los pueblos de la tierra reconozcan que la mano del Señor es fuerte…”
5. ACTIO (¿Qué voy a hacer?)
La verdadera contemplación siempre lleva a la acción. ¿Qué pasos concretos puedo dar para poner en práctica lo que Dios me ha mostrado en esta oración?
Algunas posibilidades:
- Hacer memoria: Dedicar un tiempo a recordar y escribir los “pasos del Jordán” en mi vida, los momentos en que he experimentado claramente la acción de Dios.
- Crear un “memorial”: Establecer algún signo visible en mi hogar que me recuerde constantemente la fidelidad de Dios (una imagen, un texto bíblico enmarcado, un objeto significativo).
- Compartir mi testimonio: Narrar a alguien, especialmente a los más jóvenes, alguna experiencia personal de la acción de Dios en mi vida.
- Profundizar en los “memoriales” de la Iglesia: Participar más conscientemente en la Eucaristía, comprendiendo su carácter de memorial; o renovar mi compromiso bautismal, recordando mi propio “paso del Jordán”.
- Agradecer diariamente: Establecer el hábito de dar gracias cada noche por los “pequeños jordanes” que Dios ha abierto ese día ante mí.
- Estudiar la historia de la salvación: Leer con más atención los Libros Históricos de la Biblia, reconociendo en ellos el hilo de la acción de Dios que continúa hasta hoy.
Conclusión
Terminemos nuestra Lectio Divina con una oración final:
*Dios de Abraham, de Isaac y de Jacob, Dios de la historia y de la alianza, que has guiado a tu pueblo a través del desierto y has abierto camino en las aguas del Jordán.
Te damos gracias por tu acción constante en la historia, por tu fidelidad que permanece de generación en generación, por los signos y memoriales que has establecido para que recordemos siempre tus maravillas.
Ayúdanos a ser piedras vivas, que testimonien silenciosamente tu paso en nuestra vida. Haz que sepamos transmitir a las nuevas generaciones el significado de nuestra fe y la memoria de tus obras.
Por Jesucristo, tu Hijo, nuestro Señor, memorial perfecto de tu amor y tu salvación, que vive y reina por los siglos de los siglos. Amén.*
Notas adicionales sobre el texto
Para enriquecer nuestra comprensión del pasaje, es útil conocer algunos datos contextuales:
- Significado del Jordán: El río Jordán es mucho más que un accidente geográfico; es una frontera simbólica que separa el desierto (lugar de prueba y purificación) de la tierra prometida (lugar de cumplimiento y bendición).
- Simbolismo del número doce: Las doce piedras representan a las doce tribus de Israel y por tanto la unidad del pueblo de la Alianza. Este simbolismo se mantiene en el Nuevo Testamento con los doce apóstoles, fundamento de la Iglesia.
- Conexión con el Mar Rojo: El texto establece explícitamente un paralelismo entre el paso del Jordán y el del Mar Rojo, subrayando la continuidad de la acción salvífica de Dios.
- Guilgal: El lugar donde se erigió el memorial de piedras se convirtió en un importante santuario en la época pre-monárquica de Israel.
- Dimensión catequética: El relato subraya la importancia de la transmisión de la fe: el memorial está pensado para suscitar preguntas y ofrecer ocasión de testimoniar la acción de Dios.
- Cumplimiento en Cristo: Para los cristianos, este pasaje adquiere una nueva dimensión a la luz de Cristo: Él es la piedra angular, rechazada por los constructores, que ha venido a ser la piedra principal (1 Pe 2,7). Su paso de la muerte a la vida es el nuevo “paso del Jordán” que nos abre las puertas de la verdadera tierra prometida.
“La memoria es la facultad del alma que nos permite tener presente a Dios en todo momento.” — San Basilio el Grande