🪔 1. Su oración era diálogo de amistad.
Para Teresa, la oración no es otra cosa que “tratar de amistad, estando muchas veces tratando a solas con quien sabemos nos ama” (Libro de la vida, 8,5). Esto quiere decir que su oración no era repetitiva ni rígida, sino un encuentro íntimo, un diálogo confiado con Dios, especialmente con Jesús, su “compañero y amigo”.
📖 2. Era una oración mental y contemplativa
Santa Teresa dedicaba tiempo al recogimiento interior. No bastaba con recitar oraciones, sino que buscaba entrar en el corazón, silenciar el exterior y meditar en la vida de Cristo, especialmente en su Pasión.
🙏 3. Profundamente cristocéntrica
En sus escritos y vida, el centro de su oración siempre fue Cristo. Decía: “Miradle cargado con la cruz, y veréis lo que es perfecto amor” (Camino de perfección 26,5).
🔥 4. Un proceso espiritual progresivo
La oración para ella era como ir subiendo por las moradas del alma (como explica en “Las Moradas” o “Castillo interior”), desde las más externas hasta la unión total con Dios en la última morada.

✨ Ejemplo de una oración de Santa Teresa de Jesús
Una de las más conocidas y amadas es esta oración de confianza absoluta en Dios, que transmite su estilo directo, apasionado y sereno:
“Nada te turbe,
nada te espante,
todo se pasa,
Dios no se muda.
La paciencia todo lo alcanza.
Quien a Dios tiene,
nada le falta.
¡Solo Dios basta!”
🌿 ¿Cómo imitar su estilo de oración?
Te propongo una forma de orar como ella lo hacía:
- Busca un lugar de silencio interior y exterior.
- Hazte consciente de la presencia amorosa de Jesús.
- Habla con Él como con un amigo cercano: cuéntale tus alegrías, tristezas, dudas.
- Medita en un pasaje del Evangelio, por ejemplo la Pasión o la Última Cena.
- Quédate en silencio después de orar… simplemente “estar con Él”, como ella hacía.
- Confía totalmente en Dios. Repítete: “Solo Dios basta”.